Para el gusto de este modesto
explorador, Loarre y Peracense son los dos castillos más bonitos de
Aragón. La diferencia es que, mientras el primero ha sido escenario
incluso de superproducciones cinematográficas y es muy conocido, el
segundo pasa desapercibido incluso para muchos de los habitantes de la
provincia de Teruel.
Su silueta rojiza, mimetizado con las
cortadas pedregosas que dan forma al terreno, hace que sea un conjunto
muy atractivo a la vista, una construcción bellísima acorde con el medio
que la rodea.
Poblado ya en época islámica por las tropas de la
Taifa de Albarracín, su historia ha estado ligada a su ubicación, pues
siempre fue tierra de frontera. Se cree que su última gran reforma, en
la que se añadieron los recintos exteriores y se fortalecieron sus
murallas, data de mitad del siglo XIV, coincidiendo con la guerra entre
Castilla y Aragón, la llamada “Guerra de los PEDROS”, pues ambos
monarcas se llamaban así.
En los últimos años de la década de los
80 se inicio su restauración. El castillo es hoy un lugar excepcional,
de una belleza y una monumentalidad enorme. Sería perfecto escenario
para el rodaje de las celebres películas de espadas, yelmos y cotas de
malla.
Una visita imprescindible para cualquier amante de la proximidad.
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