" Cada salida, es la entrada a otro lugar"

Este blog pretende transmitir la belleza y peculiaridad de lo cercano, los lugares que nos transportan en el tiempo y en el espacio. Rincones de nuestra geografía más próxima que nos dejan sin aliento o nos transmiten una paz necesaria en momentos de dificultad. Espero contribuir a que conozcamos un poquito más dichos lugares y a despertar la curiosidad del lector para que en su próxima salida, inicie la entrada a otro lugar... un lugar al que viajar sin necesidad de sacar billete.

martes, 11 de abril de 2017

¿CONOCES EL "CAMINO DE LOS PILONES"?

Sin lugar a dudas una de las grandes curiosidades de nuestra provincia. Es increíble lo mucho que trabajaban los antiguos para vencer las inclemencias meteorológicas. Este camino es buena muestra del sistema de balizamiento antinieve usado por nuestros antepasados. Un sistema “PIEDRA a PIEDRA”, “PEIRÓN a PEIRÓN”, para no desviarse de la ruta cuando nos encontramos un grueso manto de nieve.


Pese a que los pilones fueron edificados entre los siglos XVII y XVIII, cuando el Maestrazgo todavía pertenecía a “La ruta de la lana”, elemento este muy apreciado por mercaderes de medio mundo, se construyeron sobre un camino histórico, de antaño, uno de esos caminos cuyo firme ha sido pisado por varias civilizaciones.

De hecho en plena conquista del Reino de Valencia, en el año 1232, cuando el Rey Jaime I se encontraba en Teruel preparando la estrategia para asaltar Burriana por recomendación de Don Blasco de Alagón, este aprovechaba para tomar Morella, apelando al compromiso real de que toda ciudad o fortaleza conquistada por el de Alagón seria para él.

Cuando la noticia llego a su majestad “El conquistador”, enfureció. Morella era una plaza demasiado importante para pertenecer a otro que no fuera el Rey. Marcho entonces Jaime I sobre Morella, tomando el camino en el que hoy encontramos los pilones, con el fin de “convencer” a Don Blasco de que aquella fortaleza debía ser de la Corona. Aprovecho el camino para hacerse con Ares del Maestre, otra importante plaza, para posteriormente negociar con el de Alagón la entrega de la imponente villa de Morella. Como compensación el noble caballero aragonés fue recompensado un año después con el señorío de Sastago (Zaragoza). Sus descendientes se convertirían en CONDES DE SASTAGO, importante linaje aragonés.

“El conocido como “Camino de los Pilones” es un camino histórico, un tramo de un antiguo Camino Real entre Teruel y las poblaciones del Levante, por el Maestrazgo turolense. Se conserva en toda su extensión el tramo que comunicaba las poblaciones de Villarroya de los Pinares y Allepuz en Teruel, a lo largo de un recorrido de casi 6 kilómetros; aunque también se pueden encontrar vestigios de este antiguo camino en la Partida de la Nave, en la loma del Pinar entre Fortanete y La Iglesuela del Cid, y en el Puerto de Las Cabrillas entre la Iglesuela y el Portell, así como en la zona de Valdelinares.


La costumbre de señalar los caminos con montones de piedras, columnas o árboles es conocida desde la Antigüedad. Este camino medieval fue vía de salida de las materias primas del Maestrazgo, principalmente de la lana. Pudo ser transitado por el rey Jaime I El Conquistador en su camino hacia Peñíscola desde Teruel, pasando por Allepuz y Villarroya de los Pinares, como se deduce del documento “Llibre dels fets o Crónica histórica”.

Probablemente este camino se señalizó con pilones en la Edad Moderna, en el siglo XVIII. En este momento las comunicaciones en España se racionalizaron y mejoraron considerablemente con el fin de facilitar el tránsito, la circulación y el comercio, especialmente en lo que se refiere a la salida de las materias primas de las áreas rurales, y en concreto de la lana, el esparto y los tejidos del Maestrazgo.

La característica principal de este camino es la existencia de unos grandes pilones o hitos, de los que se conservan en la actualidad 113. Fueron construidos con obra de mampostería, piedra y mortero y enlucidos. Son de forma cilíndrica, con mayor diámetro en basamento y remate. Tienen en general una altura aproximada de 2’50 metros y un diámetro de unos 0’65 metros. En cada pilón podemos diferenciar tres partes: basamento, fuste y terminación.

Los pilones se sitúan a los laterales del camino a distancia regular, entre 30 y 50 metros, con el fin de obtener una relación visual entre ellos para no perderse con la ventisca, nieve y niebla, elementos meteorológicos que son frecuentes en este paisaje sin apenas vegetación arbórea. La memoria oral incide en la construcción del camino de los pilones a causa de la frecuente perdida de los viajeros, comerciantes, tratantes, etc. en este paisaje semiárido del Maestrazgo turolense, al cual afectaban todas las inclemencias del tiempo. La señalización para los caminantes es por tanto su principal identidad, constituyendo hoy en día un magnífico ejemplo de las comunicaciones y el intercambio entre poblaciones tal como han venido originándose y sucediendo a lo largo de la historia.”

miércoles, 5 de abril de 2017

ESTACION DE TREN "ALCORISA"

"La estación de Alcorisa
sigue esperando pasajeros"


         Esta bellísima infraestructura, hoy convertida en un armazón de hierro y hormigón en decadencia, era un elemento más de un ambicioso proyecto de ferrocarril que uniría Baeza con Sant Girons, en Francia, atravesando de Oeste a Este casi toda la provincia de Teruel.

         
          Dicho proyecto vio la luz en 1926, dentro del “Plan preferente de ferrocarriles de nueva construcción” puesto en marcha por la dictadura de Primo de Rivera. Precisamente nació con Primo de Rivera, enfermo con Primo de Rivera, entro en parada en la segunda República y acabo muriendo debido al estallido de la guerra civil. Una vía de comunicación inacabada que hubiese supuesto la vertebración de una provincia que iba perdiendo ya su mayor tesoro, sus vecinos y vecinas.

            "Las obras de este ferrocarril se iniciaron en 1927, aunque ya se anunciaron un año antes con un proyecto que contemplaba 275 kilómetros. Este tramo pasaba por las localidades de Tortajada, Villalba Baja, Cuevas Labradas, Peralejos, Alfambra, Perales del Alfambra, Orrios, Fuentes Calientes, Cañada Vellida, Mezquita de Jarque, Valdeconejos, Escucha, Palomar de Arroyos, Cstel de Cabra, Cañizar del Olivar, Gargallo, Los Olmos, La Mata de los Olmos, Alcorisa, Foz Calanda, Calanda, Castelserás y Alcañiz. El ingeniero encargado de la obra fue Bartolomé Esteban.

            El primer parón de las obras se produjo en 1930, después, los trabajos se reiniciaron y estuvieron activos hasta 1932, momento en que se produjo la segunda interrupción que no fue la definitiva y que permitió mantener la esperanza a los más de 2.000 trabajadores que estaban empleados en los distintos trazados que se habían iniciado por todo el trayecto. La parada definitiva llegó en 1935 y las causas, según ha comentado Serafín Aldecoa, fueron varias, “por un lado, la falta de recursos económicos de la empresa encargada de la obra, con las posibles irregularidades en las cuentas, que no se investigaron por la llegada de la Guerra Civil, que fue otro de los obstáculos que impidieron que esta infraestructura se construyera y, finalmente, el desinterés político y la escasa rentabilidad que se preveía para este trayecto que iba a acoger, en principio y mayoritariamente, el tráfico de mercancías”.

          Cientos de asalariados que poblaban distintas localidades de la zona y de personas que habían inmigrado hasta estas tierras para trabajar en la construcción del ferrocarril se quedaron sin trabajo, Aldecoa ha afirmado que “muchos de ellos pasaron hambre y por periodos de miseria que se sumaban a las duras condiciones de trabajo que tuvieron que afrontar en los periodos de trabajo”. Entre estas dificultades que estos empleados pasaron, el historiador experto en sindicalismo en la Segunda República ha explicado que “se incumplía la jornada laboral de ocho horas; en 1931 echaron a la calle a más de 360 obreros y el sueldo era de 0.5 pesetas la hora”.

 
          El paso de la Guerra Civil dejó tras de sí un rastro amargo para la zona, que veía rotas sus esperanzas. Edificios a mitad de construir o casi en ruinas, puentes construidos, caminos allanados, pero sin traviesas, ni raíles. Vestigios de lo que pudo haber sido y, que todavía hoy luchan por no caer al suelo, ni en el olvido."



        En el tramo comprendido entre Teruel y Alcañiz aun podemos distinguir grandes infraestructuras construida para esta vía. Estaciones, puentes, túneles, andenes… Fueron alrededor de 2000 personas ocupadas en la construcción de este ferrocarril fantasma, cobrando media peseta a la hora, por un trabajo que rozaba la esclavitud.

Una provincia olvidada,
un ferrocarril olvidado,
una estación olvidada...
un tren que nunca llegara.