" Cada salida, es la entrada a otro lugar"

Este blog pretende transmitir la belleza y peculiaridad de lo cercano, los lugares que nos transportan en el tiempo y en el espacio. Rincones de nuestra geografía más próxima que nos dejan sin aliento o nos transmiten una paz necesaria en momentos de dificultad. Espero contribuir a que conozcamos un poquito más dichos lugares y a despertar la curiosidad del lector para que en su próxima salida, inicie la entrada a otro lugar... un lugar al que viajar sin necesidad de sacar billete.

martes, 16 de mayo de 2017

FUERTE DE SALAMANCA (Caspe)

Podemos asegurar sin temor a equivocarnos que las guerras carlistas sembraron nuestras tierras de sangre, dolor y destrucción. Si tuviésemos que cuantificar el patrimonio arrasado por ambos bandos nos saldría una lista amplísima. Fortalezas como la de Castellote o Aliaga, los conventos de Monte Santo y Servitas, otros muchos edificios emblemáticos, viejas murallas o puertas de nuestras villas, puentes…  sucumbieron a las miles de balas de cañón que impactaron sobre sus orgullosos muros en esas sangrientas guerras. Y no contentos con eso, una vez tomada la plaza acabaron quemándola.


Pero aquellas “malditas” guerras que tanto daño hicieron a nuestras comarcas y nuestro patrimonio, también nos dejaron alguna construcción aislada digna de admiración, como por ejemplo la Torre de Salamanca en Caspe, o los muchos torreones satélite que formaban el complejo sistema de comunicación a través de telegrafía óptica.



En este enlace podrás conocer más a fondo ese sistema comunicativo.


"La Torre de Salamanca se alza sobre un monte a las afueras de la localidad. Merece la pena subir las escaleras, salir al mirador y contemplar una espectacular vista de la ciudad caspolina y del Valle del Ebro.

El torreón donde se ubica el museo fue construido por orden del general Salamanca en la última guerra carlista (la tercera), en 1874. Es el castillo más moderno de Aragón. Se trataba de un fuerte fusilero, cabeza de una serie de fortines distribuidos por montes y riscos, principalmente en el Bajo Aragón, que formaban una eficiente red de comunicación. Desde sus cubiertas se trasmitían señales con fuego, espejos o banderas, de un castillete a otro, comunicando extensos territorios entre Zaragoza, el Maestrazgo y Castellón.



Es un edificio de arquitectura militar y romántica. Se proyectó y construyó con medidas exactas: doce metros, ocho metros, cuatro metros, dos metros... La época romántica se deja notar: sus almenas están esquinadas y perfiladas como palaciegas, y sus baluartes curvos en los lados forman en planta un precioso trébol de cuatro hojas. En su interior todo es evocador y armonioso a pesar del reducido espacio. Posee aspilleras de fusilería a las que se accede a través de una galería corrida."

Fuente: Ayuntamiento de Caspe



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