Abrí la foto que acababa de recibir y observe el raído edificio. Ni idea de donde estaba esa vieja construcción, pero por su hechura y tamaño tuvo que ser importante en tiempos pasados. Dado que me la había mandado el alcañizano Víctor Monzón, gran conocedor del término municipal de la “Histórica y Heroica” ciudad, supuse que aquel enorme casal debía estar en algún rincón de los dominios alcañizanos.
Abrí el resto de fotografías, que no
hicieron más que reafirmarme en la idea de que aquella construcción no era una
masía mas, era algo distinto. Por fin, cuando llegue a la ultima foto y vi
grabado en una columna la inscripción “Antiguo Balneario de Fonté”, me dio un
vuelco el corazón. ¿Un balneario en Alcañiz? Al instante pregunté a Víctor por
la ubicación de ese viejo balneario. Me respondió que estaba en territorio
caspolino, cercano a las saladas de Chiprana, junto al río Regallo.
¿Como era posible que jamás hubiese
oído hablar de él? Conocía el yacimiento romano de la Dehesa de los baños, en
Chiprana, incluso había estado un par de veces en la ermita de San Marcos,
cercana a ese vetusto edificio, pero mi memoria no guardaba recuerdo alguno de
un balneario. Víctor me envío algo más, el PDF de un libro titulado “Monografía
de la ciudad de Caspe y de sus baños de Fonté”.
¿Tan
importante fue esa casa de baños? No tuve duda alguna, Fonté seria el
protagonista de nuestra próxima aventura en Balceí. Así que un domingo de
octubre, toda la familia de Explorador de Proximidad nos pusimos en marcha en
dilección a Caspe, en busca de aquel aislado edificio que un día fue refugio de
hidroterapias.
Por
un momento dudamos sobre cual seria el camino por el que llegaríamos a él. La
ruta más rápida era ir a Caspe y desde allí a Chiprana, pero nos atraía la idea
de bajar paralelos al río Regallo, desde Valmuel al lugar donde esta ubicado el
edificio. Este último recorrido discurre por camino en su mayor parte, pero es
totalmente desconocido para nosotros. Finalmente, pensando en la pequeña de la
casa, decidimos tomar la ruta más rápida.
Mas
de Bascones, Torre las Monjas, Mas del Padre Santo, Mas de Muerdemachos, Mases
de la Cueva, Mas de Capa Negra, Corral del Aljibe, Casa de Valdecatalanes, Mas
del Prior, Mas de Ballester, Torre del Maño, Mas de Amante, Mases de la Foya
del Burro, Mas del Cerrojo, Torre de Amay… son algunos de los curiosos nombres
de masias de esa zona cuyo estado desconozco, pero que merecen estar presentes
en los mapas topográficos. No tardaremos mucho en comprobar el aspecto actual
de algunas de ellas.
Dejamos
Caspe atrás para dirigirnos a Chiprana. Mientras que la ciudad del compromiso
estuvo ligada desde la reconquista a la Orden hospitalaria, Chiprana tuvo
también pasado templario. El núcleo urbano chipranesco quedó a nuestra derecha
mientras nosotros seguíamos en dirección al cauce del río Regallo. Los metros
finales del río antes de su desembocadura en el Ebro, han sido inundados por
las aguas del embalse de Mequinenza.
A
nuestra izquierda, una vez atravesado el puente que salva el valle del Regallo,
distinguimos una señalización horizontal en la que nos indicaba la ermita de
San Marcos. Entramos por ese camino, un camino asfaltado cuyo firme esta en un
estado lamentable. Continuamos recto hasta que dejamos San Marcos a nuestra
izquierda y por un pequeño puente atravesamos el ferrocarril. Difícil me será
explicaros como llegamos desde aquel punto al edificio, pues tuvimos que tirar
un par de veces de Google Earth, os aconsejamos que vais, le echéis un ojo a
esta aplicación para poder tener claro cual es el camino a seguir desde ese
punto.
Por fin llegamos al antiguo edificio donde estaban situados los baños, apenas a unos metros del cauce del río. Su fachada resulta curiosa, pues se distingue perfectamente su estructura original de sillar espectacular y su posterior ampliación con tapial. Es más, la parte vieja es de tal monumentalidad, que da la sensación de que aquellos baños son muchísimo más antiguos que el hotel balneario que se construyó en la cercanía. El hecho de que la partida, ya desde antiguo, se llame Fonté, es una evidencia de la importancia que tuvo aquella fuente/manantial en tiempos lejanos.
“Se ignora la época del
descubrimiento de este manantial, aunque su importancia y la mas antigua
tradición, ya verbal ya por escrito, nos autoriza para creer en la probabilidad
de su existencia antes de la fundación de Caspe”,
afirma el Doctor Velilla e Insa en su monografía. “Brotan las aguas por regurgitación, ó sea de abajo arriba en forma de
surtidor en medio de un valle ameno y delicioso, titulado El Regallo, situado
al Oeste de esta población, a dos leguas de distancia de la misma, y en los
confines del término de Chiprana, de que lo separa una legua escasa de camino
como llevo dicho, y cruzado por la carretera de Caspe a Samper de Calanda y
Zaragoza”, continua.
Hoy
la vegetación y el derrumbe de la techumbre impiden ver si el manantial sigue
regurgitando. Al menos nosotros fuimos incapaces de distinguir nacimiento
alguno. Yo no podía dejar de observar la raída fachada. Desde la más absoluta
ignorancia arquitectónica, recordando otras obras romanas que he contemplado,
no me chirrió la posibilidad de que aquel primer edificio termal fuese
construido por los que tenían capital en la península itálica. Aunque insisto,
son los ojos de un profano en la materia.
Continuamos
hacia el imponente edificio construido como hotel de los baños en 1860 por el
empresario caspolino Joaquín Barberán. Se
trata de un edificio de tres plantas, modesto en apariencia, que hoy día esta
dividido en tres partes. Por lo que parece, la contracción original se realizo
en mampuesto, luciéndola posteriormente en yeso. Si observas el edificio desde
su acceso principal, los propietarios de la partición izquierda retiraron el
yeso dejando a la vista el mampuesto. Es la parte del edificio que está mejor
conservada. La propiedad central ha construido una puerta de garaje, usando el
edificio como refugio agrícola. La de la derecha es la que permanece intacta, y
a la vez es la más deteriorada. Mantiene la puerta original, cuyo vano esta
rematado en sillar, dando apariencia señorial al edificio.
Abandonamos el edificio en dirección al coche. No pude evitar lanzar una última mirada a ese enorme pedazo de historia de nuestras comarcas. Me intrigaba el uso de la construcción desde que el negocio cerro, hasta nuestros días. Concretamente, su papel en la guerra civil, pues el hecho de que un edificio de sus dimensiones estuviera entre la sede del Consejo Regional de Defensa de Aragón, ubicada en Caspe, y el frente de batalla, lo hacia un lugar ideal para el descanso de las tropas, en concreto de sus oficiales. Aunque he buscado información sobre ese menester en archivos y hemerotecas, no he encontrado nada relevante, tan solo la WEB del Agitador Bajoaragonés, medio de comunicación caspolino, hace referencia a la posibilidad de que Buenaventura Durruti y Dolores Ibarruri “La Pasionaria”, estuviesen en el edificio en el año 36. Existe algún testimonio oral sobre esta circunstancia, pero no pueden asegurar que realmente fuera cierto.
Sea
como fuere, los baños de Fonté son historia viva de nuestras comarcas. Las
aguas de ese manantial han recibido bañistas de épocas distintas, de culturas
diversas, de diferentes civilizaciones. Por desgracia, hoy ya nadie hace uso de
ellas.
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