"Mí padre siempre me contaba que cuando él era un niño el túnel no estaba, y el camino pasaba por encima del estrecho. Tenían un macho que era muy miedoso, y cada vez que pasaban con él por aquí le tenían que tapar los ojos"
Aquella historia se grabó a fuego en la memoria de mi abuela. Siempre que hablábamos de Montoro de Mezquita, pasábamos junto al cruce de la carretera de acceso a aquella localidad o nos acercábamos a ella, me la contaba.
Recuerdo haber escuchado esa historia decenas de veces, desde que yo era un niño, hasta la última vez que hablamos de la pequeña localidad del Maestrazgo antes de su fallecimiento.Siempre me había dicho a mi mismo que un día bajaría a ver si quedaban restos de aquella vetusta calzada, de aquel peligroso camino, pero hasta ahora nunca lo había hecho.
Hoy por fin he bajado, y allí está. Se ha convertido en un bello paseo fluvial señalizado y acondicionado, el del molino de Las Herrerías, pero todavía vemos restos de los muros que soportaban el paso de los transeúntes del pasado. Me ha sido imposible contener la emoción, disfrutar de aquellos paisajes, recordar la historia del macho miedoso, a mi abuela... reconozco que alguna lágrima se me ha escapado.
En fin, un paseo corto, facilísimo y con un final espectacular. Apto para toda la familia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario