Hoy me vais a permitir que muestre mi consideración con el lugar en el que disfruto de la vida. Mi pequeño homenaje a “La Fiel y muy Ilustre villa de Alcorisa”
“Alcorisa fiel y noble, tierra del Bajo Aragón, famosa por su calvario y su ambiente acogedor…” así reza la canción.
¿Su historia? Unas pinceladas.
Se cree que los restos de vida humana más antiguos son de 4000 años antes de Cristo. Numerosos yacimientos del hierro y el bronce. Gran importancia Ibera en todo su término municipal. Influencia romana, con una villa a las faldas del cabezo de la Guardia. ¿Visigodos? Tuvieron que estar, pero se ha investigado poco sobre ellos.
De Al Andalus nos viene el nombre, el desaparecido castillo y la alquería originaria de nuestro municipio, pues ya en 1148, cuando las fronteras eran todavía efímeras, hay constancia de la presencia de una iglesia en el municipio.
Las fronteras fueron consolidadas por Alfonso II en 1168, y en 1179 Alcorisa pasa a formar parte como aldea de la encomienda calatrava de Alcañiz. Lope de Albero alquilo el castillo de Alcorisa y las tierras que lo rodeaban a los monjes guerreros, y en 1218 lo cedió como dote a su hija Sancha y a su marido Pelegrín de Atrosillo, hermano de Don Gil de Atrosillo, fundador del Convento del Olivar.
En 1271 fallece Pelegrín y la familia Atrosillo decide no hacerse cargo de las posesiones alcorisanas, así que, es más que probable que sobre esos años, Ramón Ballester arrendara el castillo y sus posesiones a la Orden Calatrava, construyendo poco después lo que sería el germen del Alcorisa actual, un núcleo urbano amurallado que comprendería todo el casco viejo. Desde ese momento hasta el siglo XVII infinidad de cosas pasan en la aldea, incluso la visita de San Vicente Ferrer o el nacimiento de Damián Forment, pero en el ambiente se respira el ansia de ser una población libre, de convertirse en una villa de pleno derecho fuera de yugos alcañizanos.
Por fin, tras mucha diplomacia, muchos desencantos y mucho dinero, en marzo de 1601 Felipe III nos concede el tirulo de villa. No contentos los alcañizanos recurren a la justicia, y no sería hasta 1605 cuando por fin hay sentencia definitiva que reconoce a Alcorisa como villa.
El XVII y el XVIII son años gloriosos para la familia Ballester, Caballeros, Comendadores, Infanzones, Barones… Su miembro más ilustre Pedro Cebrián y Ballester, apodado el Reyecico de Aragón, tras apoyar a Felipe V en la guerra de Sucesión, consigue para Alcorisa el título de “Fiel y muy Ilustre”, con una serie de prebendas que todavía se mantienen en vigor.
La época contemporánea ha estado salpicada de sangre. Luchamos contra los franceses, sufrimos a los carlistas que destrozaron y quemaron casi toda la población, fuimos cuartel general del Duque de la Victoria y objetivo de los bombardeos italianos de la Guerra Civil. 200 años en los que se empeñaron en que Alcorisa fuese un recuerdo en los libros de historia, pero aquí estamos, recordando nuestra propia historia mientras seguimos “comiéndonos la vida”.
Una cosa destaca en Alcorisa de manera notable, no son sus monumentos, no son sus paisajes, no son sus tesoros… son sus gentes. Gentes inagotables que trabajan cada día para que Alcorisa sea un lugar mejor en el que vivir, que se asocian sin descanso para que nuestra villa sea un referente educativo, cultural y social en esta olvidada provincia.
“En Alcorisa tenemos de todo” ven a comprobarlo. Graciassssss
No hay comentarios:
Publicar un comentario