" Cada salida, es la entrada a otro lugar"

Este blog pretende transmitir la belleza y peculiaridad de lo cercano, los lugares que nos transportan en el tiempo y en el espacio. Rincones de nuestra geografía más próxima que nos dejan sin aliento o nos transmiten una paz necesaria en momentos de dificultad. Espero contribuir a que conozcamos un poquito más dichos lugares y a despertar la curiosidad del lector para que en su próxima salida, inicie la entrada a otro lugar... un lugar al que viajar sin necesidad de sacar billete.

miércoles, 5 de abril de 2017

ESTACION DE TREN "ALCORISA"

"La estación de Alcorisa
sigue esperando pasajeros"


         Esta bellísima infraestructura, hoy convertida en un armazón de hierro y hormigón en decadencia, era un elemento más de un ambicioso proyecto de ferrocarril que uniría Baeza con Sant Girons, en Francia, atravesando de Oeste a Este casi toda la provincia de Teruel.

         
          Dicho proyecto vio la luz en 1926, dentro del “Plan preferente de ferrocarriles de nueva construcción” puesto en marcha por la dictadura de Primo de Rivera. Precisamente nació con Primo de Rivera, enfermo con Primo de Rivera, entro en parada en la segunda República y acabo muriendo debido al estallido de la guerra civil. Una vía de comunicación inacabada que hubiese supuesto la vertebración de una provincia que iba perdiendo ya su mayor tesoro, sus vecinos y vecinas.

            "Las obras de este ferrocarril se iniciaron en 1927, aunque ya se anunciaron un año antes con un proyecto que contemplaba 275 kilómetros. Este tramo pasaba por las localidades de Tortajada, Villalba Baja, Cuevas Labradas, Peralejos, Alfambra, Perales del Alfambra, Orrios, Fuentes Calientes, Cañada Vellida, Mezquita de Jarque, Valdeconejos, Escucha, Palomar de Arroyos, Cstel de Cabra, Cañizar del Olivar, Gargallo, Los Olmos, La Mata de los Olmos, Alcorisa, Foz Calanda, Calanda, Castelserás y Alcañiz. El ingeniero encargado de la obra fue Bartolomé Esteban.

            El primer parón de las obras se produjo en 1930, después, los trabajos se reiniciaron y estuvieron activos hasta 1932, momento en que se produjo la segunda interrupción que no fue la definitiva y que permitió mantener la esperanza a los más de 2.000 trabajadores que estaban empleados en los distintos trazados que se habían iniciado por todo el trayecto. La parada definitiva llegó en 1935 y las causas, según ha comentado Serafín Aldecoa, fueron varias, “por un lado, la falta de recursos económicos de la empresa encargada de la obra, con las posibles irregularidades en las cuentas, que no se investigaron por la llegada de la Guerra Civil, que fue otro de los obstáculos que impidieron que esta infraestructura se construyera y, finalmente, el desinterés político y la escasa rentabilidad que se preveía para este trayecto que iba a acoger, en principio y mayoritariamente, el tráfico de mercancías”.

          Cientos de asalariados que poblaban distintas localidades de la zona y de personas que habían inmigrado hasta estas tierras para trabajar en la construcción del ferrocarril se quedaron sin trabajo, Aldecoa ha afirmado que “muchos de ellos pasaron hambre y por periodos de miseria que se sumaban a las duras condiciones de trabajo que tuvieron que afrontar en los periodos de trabajo”. Entre estas dificultades que estos empleados pasaron, el historiador experto en sindicalismo en la Segunda República ha explicado que “se incumplía la jornada laboral de ocho horas; en 1931 echaron a la calle a más de 360 obreros y el sueldo era de 0.5 pesetas la hora”.

 
          El paso de la Guerra Civil dejó tras de sí un rastro amargo para la zona, que veía rotas sus esperanzas. Edificios a mitad de construir o casi en ruinas, puentes construidos, caminos allanados, pero sin traviesas, ni raíles. Vestigios de lo que pudo haber sido y, que todavía hoy luchan por no caer al suelo, ni en el olvido."



        En el tramo comprendido entre Teruel y Alcañiz aun podemos distinguir grandes infraestructuras construida para esta vía. Estaciones, puentes, túneles, andenes… Fueron alrededor de 2000 personas ocupadas en la construcción de este ferrocarril fantasma, cobrando media peseta a la hora, por un trabajo que rozaba la esclavitud.

Una provincia olvidada,
un ferrocarril olvidado,
una estación olvidada...
un tren que nunca llegara. 

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