" Cada salida, es la entrada a otro lugar"

Este blog pretende transmitir la belleza y peculiaridad de lo cercano, los lugares que nos transportan en el tiempo y en el espacio. Rincones de nuestra geografía más próxima que nos dejan sin aliento o nos transmiten una paz necesaria en momentos de dificultad. Espero contribuir a que conozcamos un poquito más dichos lugares y a despertar la curiosidad del lector para que en su próxima salida, inicie la entrada a otro lugar... un lugar al que viajar sin necesidad de sacar billete.

lunes, 8 de agosto de 2016

IGLESUELA DEL CID




 

"Consta de 245 casas generalmente de 3 pisos y de unos 40 palmos de altura; entre ellas las hay de buen aspecto y arreglada arquitectura, casi todas muy sólidas y con buena distribución interior; 2 terceras partes de dichas casas forman cuerpo de población, las restantes componen 2 arrabales con poco orden y simetría; aquellas se encuentran distribuidas en varias calles y 3 plazas cuadradas llamadas de la Iglesia, de la Torre y de San Pablo; el Ayuntamiento tiene su edificio particular bastante antiguo, capaz y de obra muy sólida, sostenida por su frente por arcos de piedra cantería en él se conserva el archivo do la v. en el piso bajo se encuentra la cárcel, muy segura, pero sin ventilación hay un hospital destinado a la cura de enfermos pobres de la villa, bastante capaz para el objeto, pero con escasas rentas; un pósito que en la actualidad no cuenta con existencias; una escuela elemental primaria dotada con 1.200 reales y concurrida por 70 niños; 4 fuentes de abundantes y cristalinas aguas, de las que usan todos los vecinos; iglesia parroquial (la Purificación de Nuestra Señora) servida por un cura que á la vez es presidente del capítulo de beneficiados que existe, reducido en la actualidad a un número corto de capellanes.”


Esto escribía Pascual Madoz sobre la Iglesuela en su Diccionario Geográfico escrito en el ecuador del siglo XIX.


Cuando paseas hoy día por Iglesuela del Cid te das cuenta de que aquellos rincones que visitaba Madoz, o el acolito al que le encargo la descripción de esta bella localidad del Maestrazgo, han permanecido congelados al menos durante 160 años. Que aquellos muros, fachadas y estructuras que daban cobijo al autor del escrito antes mencionado, permanecen ahí mirando a los visitantes del siglo XXI.


De hecho, gracias a la colección fotográfica de Juan Moran Insa, perteneciente a DARA (Documentos y archivos de Aragón), que data de la mitad del siglo XX, podemos comparar alguno de los rincones de esta bella localidad. Poco han cambiado en medio siglo.  


Bellísima la Iglesuela de Rodrigo Diaz de Vivar. Bellisimo su casco urbano. Bellísimo todo su termino, sus curiosas calzadas, sus curiosos refugios de piedra seca, sus ermitas, sus paisajes… Una villa mas del Maestrazgo en la que podemos disfrutar de la monumentalidad de una época en que la lana era un tesoro valiosísimo.

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