"Consta de 245 casas generalmente de 3 pisos y de unos 40 palmos de
altura; entre ellas las hay de buen aspecto y arreglada arquitectura, casi todas muy sólidas y con buena distribución interior; 2
terceras partes de dichas casas forman cuerpo de población, las restantes
componen 2 arrabales con poco orden y simetría; aquellas se encuentran
distribuidas en varias calles y 3 plazas cuadradas llamadas de la Iglesia, de
la Torre y de San Pablo; el Ayuntamiento tiene su edificio particular bastante
antiguo, capaz y de obra muy sólida, sostenida por su frente por arcos de
piedra cantería en él se conserva el archivo do la v. en el piso bajo se
encuentra la cárcel, muy segura, pero sin ventilación hay un hospital destinado
a la cura de enfermos pobres de la villa, bastante capaz para el objeto, pero
con escasas rentas; un pósito que en la actualidad no cuenta con existencias;
una escuela elemental primaria dotada con 1.200 reales y concurrida por 70
niños; 4 fuentes de abundantes y cristalinas aguas, de las que usan todos los
vecinos; iglesia parroquial (la Purificación de Nuestra Señora) servida por un
cura que á la vez es presidente del capítulo de beneficiados que existe,
reducido en la actualidad a un número corto de capellanes.”
Esto escribía Pascual Madoz sobre la Iglesuela en su Diccionario Geográfico
escrito en el ecuador del siglo XIX.
Cuando paseas hoy día por Iglesuela del Cid te das cuenta de que aquellos
rincones que visitaba Madoz, o el acolito al que le encargo la descripción de
esta bella localidad del Maestrazgo, han permanecido congelados al menos
durante 160 años. Que aquellos muros, fachadas y estructuras que daban cobijo
al autor del escrito antes mencionado, permanecen ahí mirando a los visitantes
del siglo XXI.
De hecho, gracias a la colección fotográfica de Juan Moran Insa, perteneciente
a DARA (Documentos y archivos de Aragón), que data de la mitad del siglo XX,
podemos comparar alguno de los rincones de esta bella localidad. Poco han
cambiado en medio siglo.
Bellísima la Iglesuela de Rodrigo Diaz de Vivar. Bellisimo su casco urbano.
Bellísimo todo su termino, sus curiosas calzadas, sus curiosos refugios de
piedra seca, sus ermitas, sus paisajes… Una villa mas del Maestrazgo en la que
podemos disfrutar de la monumentalidad de una época en que la lana era un
tesoro valiosísimo.
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