" Cada salida, es la entrada a otro lugar"

Este blog pretende transmitir la belleza y peculiaridad de lo cercano, los lugares que nos transportan en el tiempo y en el espacio. Rincones de nuestra geografía más próxima que nos dejan sin aliento o nos transmiten una paz necesaria en momentos de dificultad. Espero contribuir a que conozcamos un poquito más dichos lugares y a despertar la curiosidad del lector para que en su próxima salida, inicie la entrada a otro lugar... un lugar al que viajar sin necesidad de sacar billete.

jueves, 28 de agosto de 2014

VIGILANTES PETREOS DE UNA FRONTERA RECIEN NACIDA



 
                    Mojón que marca la linde de los terminos de Alcorisa, Alcañiz y Calanda
 
El 8 de octubre de 1605, Don Juan López Galban, asesor de Jerónimo de Heredia, gobernador general de Aragón, dictaba por fin sentencia inapelable en favor de la causa del rey Felipe III y de las villas de Cretas, La Zoma y Alcorisa.
Finalizaba así un proceso judicial que había durado más de cuatro años, desde que el 14 de marzo de 1601, su majestad Felipe III concedía el titulo de villa a Alcorisa, segregándola de Alcañiz.  Un proceso judicial en el que Alcañiz y Alcorisa tuvieron un enfrentamiento  de una envergadura extraordinaria, una batalla administrativa en la que ambas localidades bajoaragonesas dedicaron cantidades ingentes de recursos humanos y económicos.

                                                                                                                            Fuente del Carmen

Fue ese 8 de octubre de 1605, cuando las lindes entre la aldea de Alcorisa y la villa de Alcañiz, pasaron a ser frontera entre dos territorios independientes, entre dos núcleos poblacionales con jurisdicción administrativa y judicial independiente.
Lindes que también fueron motivo de disputa durante los cuatro años de pleitos continuados, pues alegaban los de Alcañiz que, aunque Alcorisa fuese reconocida villa, era preciso negociar los límites de su término municipal, pues el actual lo disfrutaban como privilegio por pertenecer a la jurisdicción alcañizana.
 Respondían los de Alcorisa que ya, hacia más de 300 años, el comendador de la orden de Calatrava Ruy Sanchez, delimito el territorio al conceder fueros a la aldea, y que por consiguiente eran aquellos antiguos limites los que pertenecían a la actual villa de Alcorisa.

                        Mojón que marca la linde entre los terminos de Alcañiz, Andorra y Alcorisa

Finalmente, también en esto se falló a favor de Alcorisa, y aquellos antiguos límites, marcados precisamente por el peligroso camino que seguían los vecinos de Alcorisa para ir a reclamar justicia a Alcañiz, se convirtieron en la frontera definitiva. Ese camino transcurría desde el Mas de La Plana hasta la fuente del Carmen.

                                                                        Al fondo el Mas de La Plana

Sin embargo, aquellas sentencias no debieron acabar con el conflicto por las lindes, o al menos no para los vecinos de Alcorisa, que por miedo a alguna jugarreta ilegal u ocurrencia desafortunada de los vecinos de Alcañiz, sembraron el límite de los términos de grandes mojones de sillar labrado. Enormes mojones rectangulares de roca caliza, semienterrados y de unas dimensiones considerables para que no fuese ni mucho menos fácil intentar moverlos.
La inmensa mayoría de mojones tallados, colocados hace más de 400 años, todavía siguen allí. Son testigos mudos de un conflicto que convulsiono el siglo de oro bajo aragonés. Vigilantes pétreos de los limites de  un territorio reconquistado por  vía judicial, un territorio que nada tenía que ver con sus características actuales. No dejo de imaginar a los guardas nombrados por la recién nacida villa de Alcorisa mirando con recelo al otro lado de la línea imaginaria que marcan estas columnas de piedra, observando los movimientos sospechosos de los vecinos de Alcañiz que, durante años, habian sobrepasado esa linde que ahora marcaba una nueva jurisdicción.

 


 

 

          Algunos de estos históricos mojones ya han desaparecido por la sobreexplotación agrícola, y otros están en serio peligro de perder su posición vertical, lo que los condenara al olvido. Me irrita el poco respeto que tenemos por aquellos pequeños detalles que marcaron un antes y un después en la historia de nuestro pueblo. Lo poco que apreciamos el significado que aquellos mojones tuvieron para aquellas gentes, vecinos de Alcorisa, que se jugaban la vida y los ahorros cada vez que debían partir en busca de justicia.

                                                                                                                                               Al fondo Alcañiz

RECUPERAR Y RESPETAR LA HISTORIA, ES REMEMORAR LOS HECHOS Y ACONTECIMIENTOS QUE NOS HAN HECHO SER LO QUE SOMOS.

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