" Cada salida, es la entrada a otro lugar"

Este blog pretende transmitir la belleza y peculiaridad de lo cercano, los lugares que nos transportan en el tiempo y en el espacio. Rincones de nuestra geografía más próxima que nos dejan sin aliento o nos transmiten una paz necesaria en momentos de dificultad. Espero contribuir a que conozcamos un poquito más dichos lugares y a despertar la curiosidad del lector para que en su próxima salida, inicie la entrada a otro lugar... un lugar al que viajar sin necesidad de sacar billete.

martes, 1 de marzo de 2016

LA FABRICA BONICA (Valderrobres)

En nuestras publicaciones hemos hablado de fábricas de gran valor patrimonial y de palacios de enorme monumentalidad, pero jamás habíamos hablado de una Fabrica-Palacio. Hace ya un tiempo que la visitamos, pero hasta ahora no os habíamos hablado de ella.


Hoy nos acercamos a uno de esos rincones de nuestra geografía más próxima que no dejaran indiferente a nadie. Uno de esos lugares que por su monumentalidad, por su ubicación, por su majestuosidad y por su historia, una vez lo hayamos visitado jamás lo podremos olvidar.Nos referimos a la conocida como “Fabrica Bonica” de Valderrobles o fabrica Zurita, una de las muchas papeleras que formaron parte del tejido empresarial del Matarraña en los siglos XVIII, XIX y XX


“El río Matarraña, en su cabecera, ha sido tradicionalmente empleado para la fabricación de papel, industria que entre las localidades de Beceite y Valderrobres mantuvo la mayor concentración de España en empresas dedicadas a dicha actividad. Su época de mayor pujanza está comprendida entre mediados del siglo XVIII y el primer cuarto del XIX, cuando entró en franca decadencia a causa de lo obsoleto de sus instalaciones, al comenzarse la fabricación del papel continuo en otras fábricas. Curiosamente, la primera fábrica de papel continuo de España (Temprado y Cía) se encontraba también dentro de la provincia de Teruel, en la población de Villarluengo, donde comenzó su actividad en 1789Tras la fuerte crisis del siglo XIX, únicamente subsistieron las que se especializaron en productos de fabricación artesanal, tales como cartulinas, papel secante y, sobre todo, papel para naipes. La calidad de éstos (debida a su resistencia a la abrasión y opacidad) les hacía ser suministradores de Heraclio Fournier, en Vitoria, donde era utilizada como base sobre la que pegaban el papel impreso con las figuras de sus famosas barajas de naipes.La fabricación de papel precisaba, sobre todo, de un agua purísima, para lo que no era obstáculo la concentración de papeleras, puesto que era una de las industrias menos contaminantes de la época. Sin embargo, a partir del empleo de cloro para blanquear los trapos (hasta el siglo XIX únicamente se empleaban trapos blancos para fabricar papel) hizo que la calidad del agua fuera decayendo hasta el cierre de las citadas industrias, cuyo último exponente fue la fábrica del Pont Nou, abierta hasta la década de los 60.”


Publicado por MOLINUM, Revista de la Asociación para la Conservación y Estudio de los Molinos (ACEM). nº 6 – 2006 


Para llegar a este impresionante edificio, debemos viajar a Valderrobres tomando la nacional 211 hasta Alcañiz, allí la 232 en dirección a Vinaroz y una vez pasadas las Ventas de Valdealgorfa tomar el cruce que nos introduce en la llamada Toscana española, la Comarca del Matarraña, una tierra llena de contrastes, con gran variedad de olores, de sabores, de sensaciones, de sentimientos de paisajes… Un territorio mágico e indómito de una belleza extraordinaria.

Una vez en Valderrobres tomaremos la carretera que nos conduce hacia Peñarroya de Tastavins, hacia el Sur, en dirección a la majestuosa Cordillera dels Ports, un enclave natural de gran riqueza patrimonial y extraordinaria belleza. Al salir de la capital matarrañense, frente a nosotros, distinguimos sobre la montaña la llamada “Caja”, un promontorio rectangular con escarpadas paredes de roca al que siempre he querido ascender y que a día de hoy todavía no he tenido oportunidad. Algún día llegara el momento.



Unos kilómetros después de abandonar la Avenida Hispanidad de Valderrobres, una indicación a nuestra izquierda nos señala la pista asfaltada por la que llegamos hasta el embalse de Pena. Tomamos dicha pista y continuamos por ella siguiendo el cauce del río Pena.

Cuando las elevaciones montañosas comienzan a abrazar al río, cuando las estrecheces apenas dejan espacio al paso del líquido elemento, un camino casi invisible, invadido por la vegetación, desciende desde la orilla izquierda de la pista hasta el mismo torrente. Es allí donde se encuentran las majestuosas ruinas de la que, no hace muchos años, fue una Fabrica-Palacio conocida y reconocida en todo el país. Por mucho que me habían hablado de ella, jamás había imaginado que sus restos serían tan espectaculares. No pude evitar asombrarme por lo que tenía ante mis ojos.

Debido a la espesa masa forestal que puebla el barranco, es complicado verla desde la pequeña pista que conduce al pantano, e incluso sabiendo de su existencia, localizarla se antoja complicado. Nosotros tuvimos la suerte de contar con dos guías de excepción, Jorge Manero y Sergio Ferrero. Gracias amigos. Os aconsejamos que antes de ir, repaséis las imágenes de satélite y os marquéis el lugar por el que se accede a ella. El móvil y las aplicaciones de las que disponemos hoy en día serán una gran ayuda.


Como decimos, “la Fabrica Bonica” es una antigua papelera construida en el año 1789, el mismo año en el que la papelera de Villarluengo entraba en funcionamiento. Sus estructuras no solo se dedicaban a la manufactura del papel, también eran la vivienda palaciega de la familia Zurita, propietaria de la instalación.

Por desgracia hoy, se encuentra completamente abandonada, y solo los muros exteriores y la pared maestra interior, continúan desafiando a los elementos. El esqueleto actual permite identificar hasta cinco alturas: Sótano, Planta baja y tres plantas en altura. 


En el sótano y la planta baja se desarrollaba el proceso industrial de la elaboración del papel, pues todavía son visibles varias piletas y estructuras industriales. El primer piso, mucho más alto que las otras dos alturas superiores, era la vivienda o palacete de los propietarios, y poseía entrada independiente por la cara sur del edificio. Las dos últimas plantas son galerías o golfas, con numerosas pequeñas ventanas alrededor de toda la construcción. Era el lugar donde se procedía al secado del papel, aun hoy se pueden ver, incrustados en la pared, las maderas y clavos que soportaban las cuerdas en las que se colgaba el papel para dicho secado.



Alrededor del edificio encontramos varias estructuras, unas de uso industrial, como las balsas de regulación que se encuentran al oeste, y otras de uso personal, como la capilla, al norte, o el horno, pegado a la pared oeste de la construcción, en la primera planta. Seguramente utilizado por el servicio de la familia Zurita.

El edificio posee una monumentalidad impropia de otras fábricas, no solo por su arquitectura, también por su fabulosa decoración. Tres de las cuatro fachadas, están decoradas con motivos pictóricos muy elaborados, con representaciones de animales, de miembros del clero, e incluso con una alegoría a las corridas goyescas, con un torero entrando a matar. Es una lástima su estado de conservación, un estado tan lamentable que ha supuesto el crecimiento en su interior de varios pinos de gran tamaño. 



Por lo que he podido leer, el edificio fue vendido y desmantelado alrededor de 1955. Según parece el comprador fue la fábrica de cervezas Damm, y traslado el tejado, los sillares de vanos de puertas y ventanas, la madera… a Barcelona.


Miro el edificio una última vez. No cabe duda de que aquella extraordinaria construcción tuvo que ser esplendorosa. Intento imaginar el trajín de empleados, de carros de transporte, los gritos de los niños de la familia Zurita jugando junto al río… Cuando las paredes de esta monumental fábrica tuvieran intacto el pigmento pictórico, cuando los colores resaltaran sobre el intenso verde de la masa forestal circundante, aquel lugar seria digno de admiración incluso de Reyes y Obispos.

Volvemos al coche. Visitamos después el embalse de Pena, Beceite y su maravilloso puente, otras fabricas de la zona… y pese a que cada lugar por el que pasábamos desprendía una belleza realmente singular, no pude olvidar en ningún momento aquella vieja fabrica, ese enorme complejo industrial en el que la rica familia propietaria no solo se procuraba prosperidad económica, también desarrollaba allí sus experiencias vitales mas importantes. Lastima su lamentable estado de conservación.Tiempo después de la visita, tras poner una breve reseña en nuestro blog, Cristina Yuste Moyano tuvo a bien hacernos un comentario que nos lleno de alegría y esperanza. Decía así: 

“Buenas tardes Oscar, actualmente la familia Yuste Moyano son los propietarios, finca que conocieron por casualidad y de la que se enamoraron nada mas verla, estamos haciendo lo posible para mejorar su acceso e intentando recabar ayudas para mantenerla en pie."




Muchas gracias por tu reseña. Cristina Yuste Moyano. Ojala esta familia, consiga su propósito. Muchísimas gracias por intentar resucitar este maravilloso edificio, pieza destacada de nuestro patrimonio industrial.


jueves, 18 de febrero de 2016

¿EL ORIGEN URBANO DE ALCORISA?


            Existe un consenso generalizado en que Alcorisa, germinó gracias a la semilla plantada por aquellos antepasados íberos que decidieron fijar su residencia sobre la peña de San Juan. Sobre eso no hay lugar a dudas. Lo incierto es el origen del Alcorisa actual. Que llevo a los nuevos pobladores llegados tras la reconquista, a emprender el desarrollo urbano de Alcorisa en el lugar en el que actualmente se encuentra nuestro casco antiguo.

            Los expertos en la materia coinciden también en que el Alcorisa mas antiguo, aquel que se extiende entre las calles Baja y Alta por norte y sur, y El Pilar y Conrado por oeste y  este, es un diseño netamente cristiano. Los trazados rectos y largos, divididos en manzanas cuadradas y con un reparto parcelario simétrico, son signo inequívoco de ese origen. Un origen que, casi con toda seguridad, data de finales del siglo XIII, coincidiendo con la muerte de Pelegrín de Atrosillo y la llegada al señorío del castillo de Alcorisa de la familia Ballester. Incluso me aventuraría a decir, pudiendo equivocarme, que la fortificación de Alcorisa se llevo a cabo entre los años 1271 y 1283, pues en este ultimo año el Comendador de la Orden de Calatrava en Alcañiz, Don Ruy Sánchez, ya nos creyó merecedores de nuestros primeros fueros.

            Sin embargo, existe un documento del año 1148, sito en el cartulario menor de La Seo de Zaragoza, en el que el Obispo de esa ciudad, Bernardo, hace donación de varias iglesias a la cámara de la catedral de San Salvador, entre esas iglesias se encontraba la de Alcorisa. ¿Cómo es posible?.



            En 1148 las fronteras en nuestras tierras todavía eran efímeras. Pese a que ya en 1119 el Rey Alfonso I “El Batallador” se hace con el control del Bajo Aragón, a su muerte el Islam recupera la mayor parte del terreno ganado por los cristianos, produciéndose un movimiento constante de banderas, hasta que por fin, en 1168, Alfonso II reconquista definitivamente el curso de los ríos Guadalope y Guadalopillo.

El hecho de que ya en 1148 se mencione una iglesia en Alcorisa, significa que ya existía una construcción de cierta importancia, muy probablemente una alquería árabe de producción agrícola. ¿Es posible que las tropas del Batallador consagraran alguna de las estancias de esa alquería a su llegada a Alcorisa, transformándola en templo cristiano? ¿Quizá una pequeña mezquita? ¿O quizá eran construcciones de origen visigodo aprovechadas  por Al Andalus a su llegada, en el año 714, a nuestras tierras?

De lo que si existe constancia documental, es de que en un viejo pergamino de piel guardado en el archivo de Alcorisa y datado en 1339, se hace referencia a la existencia de una iglesia consagrada a María Magdalena, concretamente, en la traducción de Cesáreo Gil Atrio, se dice que aquella Iglesia estaba frente a una pequeña plaza, donde se congregaban los vecinos antes de la celebración. ¿Quizá era la misma iglesia nombrada en el documento de 1148?

Sea como fuere, es lógico pensar, que si 60 años antes se había amurallado la población, aquella iglesia primitiva debía estar dentro de esas murallas, y quizá su ubicación, fuese la pista definitiva para conocer el lugar donde se levantaba la alquería musulmana que dio origen al posterior desarrollo urbano de la aldea.

Pero… ¿Dónde podría estar aquel primer templo?  La pista definitiva nos viene dada en la transcripción de Cesáreo Gil sobre el documento antes mencionado. Él habla de “pequeña plaza”, pues bien, dentro del casco antiguo original solo encontramos dos lugares que se podrían identificar en esta descripción, la Plaza de los arcos y la replaceta de Santa Lucia. Teniendo en cuenta que al colocar el adjetivo “pequeña” estas dando a entender que había una mayor, solo nos quedaría la replaceta de Santa Lucia. ¿Estaría allí la Iglesia de María Magdalena?

Isabel López, que en todas mis pesquisas ha aportado indicios o documentos de especial relevancia, me hizo participe de sus recuerdos del horno grande antiguo, aquel que fue derribado para hacer la construcción actual donde se encuentra la academia Micron. Recordaba, que era una nave larga, rectangular, y en toda su longitud a distancias de unos pocos metros sujetaban la techumbre unos bellos arcos apuntados de sillar. Testimonio que fue corroborado por Antonia Sanz y varios ancianos de la residencia, que también recordaban aquellos arcos apuntados. Muy similares a los del hoy rehabilitado horno de Cuevas de Cañart, que en la antigüedad fue una sinagoga.

Horno de Cuevas de Cañart

Sin lugar a dudas, era la edificación perfecta para albergar una pequeña iglesia, además si nos fijamos en la trazada urbana del casco antiguo de Alcorisa, ¿Cual es la única calle longitudinal que no guarda una rectitud continuada y simetría? En efecto, la calle Alta o Calle de Santa Lucia. Observando fotos aéreas del lugar, y comparando una actual con otra de 1956 hecha por la aviación americana, se ve perfectamente que en la década de los 50, antes de que la manzana fuera restaurada casi en su totalidad, la techumbre de toda ella guardaba una simetría. Desde el aire toda la manzana parece una sola vivienda. ¿El lugar que ocupaba la alquería?



La Orden de Calatrava cedió el señorío del castillo, pero quizá conservo la propiedad de aquella primera iglesia. Cabía la posibilidad de que aquel antiguo templo, y los edificios anexos hubiesen sido la casa de la encomienda en Alcorisa. Es posible que los primeros edificios que existieron entre el Guadalopillo y la montaña del Calvario, se convirtiesen en la sede calatrava de la localidad. Sin duda alguna era un hilo del que tirar.

Fue  mi siguiente paso, descubrir si aquel horno, propiedad de la familia Belenguer en el siglo XX, formo parte de alguno de los lotes que salieron a subasta en las desamortizaciones del XIX. Hasta el momento no he encontrado nada que me indique que el horno de la calle Alta era propiedad de la Orden. Si lo era el de Cerdeña, pues en el libro “Alcorisa en la edad Moderna” del historiador alcorisano David Fernández, en las paginas 287 y 289, aparecen dos tablas con los treudos perpetuos (Alquileres vitalicios) que Alcorisa pagaba a la Orden de Calatrava, y en el se hace constar que el Ayuntamiento abonaba 100 sueldos por el horno de Cerdeña antes mencionado.

En esta relación no aparece el horno grande, así que o bien no pertenecía a la orden, cosa improbable, o bien eran los propios calatravos los que explotaban la instalación. Lo que si aparece es el alquiler de una casa con dos aposentos a un tal José Villanova, ¿Sabéis donde estaba esa casa? En efecto, en la calle Alta. Calle Alta en la que, en el censo realizado en el año 1799, también aparece como vecino el presbítero Mosen Juan Ariño. ¿Quizá la casa del cura en aquella época todavía estaba cerca de la iglesia original?

Todo eran pruebas circunstanciales, evidencias ligadas a un mismo lugar, pero nada lo suficientemente consistente para poder afirmar que la manzana de Santa Lucia esconde el origen de la aldea de Alcorisa.

Sin embargo, de rebote, gracias a una conversación de esas inesperadas con Joaquín Peralta, me entere que en la Calle Santa Lucia, muy cerca de la capilla, en las obras de restauración de una vivienda había aparecido un arco. Sin duda había que ir a verlo, todo aquello que sea historia de Alcorisa me interesaba. Aunque nunca imagine que ese arco seria tan importante.

Por mediación de su hija Sandra, me puse en contacto con Ernesto Roca y Mercedes Espallargas, los dueños de la casa. Se pusieron a mi disposición en cuanto les comente que me gustaría ver el arco aparecido en su vivienda. (Mil gracias a los tres) Por fin, un sábado en el que ellos visitaron Alcorisa (Son de Gelida), quedamos para ver ese trocito de historia alcorisana desenterrado de un muro de carga encalado.  

Pues bien, aquel arco me dejo atónito. No era un arco mas, su forma, su disposición, su tamaño… No parecía desde luego una arcada de medio punto, y mucho menos ojival. La forma… ¡Parecía un arco de herradura!. Y si de verdad era un arco de herradura, por fin teníamos una prueba definitiva del lugar donde se levantaba la alquería islámica de Alcorisa, pues ese tipo de arcos, de ese tamaño, fueron utilizados en primer lugar por los romanos, después los adoptaron los visigodos y posteriormente los perfeccionaron los maestros de obra de Al-Andalus, que lo incorporaron a su arquitectura de forma habitual. Da la sensación que la base recta del arco permanece semienterrada. Aquí os dejo unas fotos, juzgar  vosotros mismos.






 Pero todavía nos quedaba una sorpresa, sobre el arco, en la habitación que se encuentra encima de él, y en la misma vivienda, aparecieron unas pinturas de carácter religioso. En una de ellas distinguimos a la virgen del Pilar y el puente de piedra de Zaragoza.  Parecen mas recientes, quizá siglo XVIII o siglo XIX, pero desde luego, la lógica invita a pensar que una familia modesta en ningún caso tendría recursos  para pagar unas pinturas artísticas, ni se lo plantearían. Y las estructuras de la vivienda no parecen ser los restos de un caserón o palacio. ¿Así que, pueden ser las pinturas de los aposentos del presbítero alcorisano? ¿Seria la casa del cura en la que vivía Mosen Juan Ariño a finales del XVIII? ¿La casa del cura estaba integrada en el edificio de la encomienda? ¿Formo parte de los bienes de la Orden, desamortizados  en el siglo XIX?

No cabe duda de que la manzana de Santa Lucia esconde aun muchos secretos, conocer la propiedad del horno antes de la desamortización, o más concretamente la propiedad de la manzana, seria un espaldarazo definitivo. Un arco de herradura, un horno con arcos apuntados, una casa propiedad de la Orden de Calatrava, una iglesia en el año 1148,  la Iglesia de María Magdalena frente a una pequeña plaza… todo apunta al mismo lugar. SEGUIREMOS INVESTIGANDO