Como se suele decir, no hay
pueblo sin ermita, ni ermita sin Santo o Santa.
En Alcorisa, a mediados del
XIX, existían cinco ermitas, la de San Cristóbal, la vieja ermita de San Juan,
la de San Valero, la del Santo Sepulcro, la de San Bernabé y la de San Blas. Y contábamos
con tres iglesias (Santa María, San Sebastian y San Pascual) y la capilla de
Santa Lucia. Además de poseer innumerables hornacinas, altares y varios
peirones.
Sin embargo, pese a la tradición
santera de nuestra localidad, no se conocían milagros atribuibles a dichos
santos en relación a la población, tan solo la leyenda de la talla de San
Sebastian, realizada por un misterioso vagabundo, o la luz vista por un ciego,
que dio pie a la construcción de la ermita del Santo Sepulcro. Nada más
realmente reseñable.
Resultaba curioso que una
villa tan ligada a la tradición católica, no poseyese extraños sucesos
atribuidos a prodigios beatos. A la magia divina de aquellos mártires del
pasado que dedicaron su vida, incluso aun a riesgo de perderla, a la cruz.
Pero que no se recuerden, no
quiere decir que esos episodios no sucedieran. Rebuscando entre los misteriosos
libros castellanos de universidades americanas, encontré uno, llamado “Platicas
doctrinales”, escrito en 1729, que narra dos curiosos episodios milagreros en
la localidad de Alcorisa. Dos asombrosos sucesos cuyos protagonistas fueron un
par de familias con apellidos arraigados en la villa, Belenguer y Josa.
Lo lógico seria que aquellos
milagros se le atribuyesen al Sepulcro, a San Sebastian o Santa María, patrones
de la localidad, sin embargo fue San Ramón Nonato, cuya hornacina se encuentra
en la calle Mayor, el supuesto responsable de aquellos prodigios que vivieron
en carne propia esas familias.
Esta relación milagrera
entre Alcorisa y San Ramón, religioso
mercedario del siglo XIII, es prueba fidedigna de la estrecha vinculación que existió
a lo largo de la historia, desde tiempos de los Atrosillo, entre el Monasterio
del Olivar, de la Orden Mercedaria, y la villa alcorisana.
Aquí os dejo el extracto del
libro antes mencionado, donde se relatan los hechos acontecidos en Alcorisa en
los comienzos del siglo XVIII, hechos todos ellos sucedidos por obra y gracia
de SAN RAMON NONATO.
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