miércoles, 9 de septiembre de 2015

EMBALSE DE CALANDA



  
            Alimentado por los ríos Guadalope y Bergantes, que unen sus caudales unos metros aguas arriba de la cola del Embalse. Rasga en toda su longitud las sierras del Caballo y La Ginebrosa, convirtiéndose así en la división geográfica de estos dos grandes macizos montañosos.  Ese emplazamiento hace del embalse un lugar de bellos contrastes entre el valle y las grandes alturas que lo rodean. 

  
 
            Finalizada su construcción en 1982, su principal función es abastecer de líquido elemento a la térmica de Andorra, que mediante un complejo sistema de bombeo, sacia su sed gracias a las aguas de este pantano. Su construcción también supuso la ampliación de regadíos aguas abajo de su presa, convirtiéndose también en este nuevo siglo, gracias a la construcción de una estación de tratamiento, en el suministrador único de agua potable de más de 20000 personas en el Bajo Aragón.

            Desde su puesta en servicio las dudas sobre su seguridad han sido una constante en las conversaciones de los bajoaragoneses. El hecho de que se optara por un sistema constructivo de escollera, sabiendo que una de sus funciones era laminar las avenidas del rio Bergantes, quizá el rio mas “Bravo” de la margen derecha del Ebro, siempre ha sido motivo de controversia.


            Uno de los mayores alicientes de este almacén de agua, es que no es un rincón perdido entre montañas, sino que es zona de paso entre el inmenso plano de Calanda y Alcañiz, y la depresión de Mas de las Matas. Dos de las grandes cumbres bajoaragonesas escoltan las aguas del embalse, La Tarayola sobre su cola, y el Morrón de la Tolocha sobre el lugar en el que el pantano abandona las estrecheces.

 
Morrón de la Tolocha

            El abrupto paisaje de esta zona ha propiciado que durante cientos de años haya sido elegido como el lugar ideal para emplazar las infraestructuras hidráulicas necesarias para regadio. En años en los que el embalse esta en cotas bajas, se puede visitar la antigua presa de Don Juan de Villanueva, proyectada en el siglo XVIII, pero nunca terminada, y los complejos sistemas de acequia, muchos ellos de origen mucho más antiguo.

 Presa de Don Juan de Villanueva
            Mención especial merece un paisaje único, visible tan solo cuando las aguas no inundan la cola del embalse, se trata de una inmensa pared de roca de aproximadamente 200 metros, que “llora” por diferentes caños el liquido elemento, entregándolo al río para que se mezcle con sus aguas. Recibe el nombre de “Los Fontanales”.


Los Fontanales

            La garganta construida por el Guadalope al dividir las sierras del Caballo y La Ginebrosa, ha tenido una importancia estratégica capital a lo largo de la historia, pues suponía uno de los pocos pasos existentes en la muralla natural que formaban estos dos macizos montañosos con la depresión del antiguo poblado de Camarón, y por ende con el cauce del rio Bergantes, el paso más rápido hacia la codiciada ciudad de Morella. El emplazamiento de Castiel, el despoblado de Buñol, el castillo de Foz Calanda, la atalaya de Valdenuez, y los castillos de Alcorisa, Berge y Molinos invitan a pensar en un elaborado entramado defensivo encargado de proteger el acceso al alto Guadalope.


El embalse de Calanda se ha convertido en uno de los rincones favoritos de los vecinos de la zona. Su belleza paisajística, su pesca y el hecho de que disponga de grandes zonas de baño de fácil acceso, lo han convertido en un perfecto lugar de esparcimiento y diversión muy frecuentado. Lástima que muchas veces esas saludables excursiones conviertan un bello rincón en un basurero. CIVISMO por favor.






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