martes, 18 de marzo de 2014

EN BUSCA DEL CASTILLO PERDIDO

         

            Desde muy niño había oído a mis vecinos hablar sobre el castillo que existía en Alcorisa en tiempos remotos. Se hablaba de pasadizos, de grandes murallas, de leyendas sobre peregrinos que tallaron figuras santas en una noche… Lo normal en un pequeño pueblo donde las diferentes generaciones interactúan, dialogan e intercambian mensajes durante años, pasando de abuelo a hijo y de hijo a nieto sucesivamente.
        He de reconocer que nunca había sentido curiosidad por ese castillo olvidado, por esa antigua construcción engullida por el tiempo y el olvido que aparece en uno de los cuarteles de nuestro escudo. Sin embargo, durante una de las magnificas visitas guiadas a nuestro casco antiguo que nuestro vecino y gran investigador Carlos Lacaba realizó en la pasada edición de la Fiesta de la Villa, escuché que la existencia de aquel castillo legendario estaba documentada. Que aquella fortaleza fue, en un tiempo lejano, la referencia de los antiguos moradores de Alcorisa.
            Otro historiador, Daniel Martín, me puso sobre la pista del documento en el que se hacia referencia al castillo de Alcorisa. Él ya lo había traducido en su época universitaria. Lo que no sabía entonces es que, en el libro “Alcorisa y sus tradiciones”, Cesáreo Gil ya hablaba de ese documento en su página 8 y añadía parte de su traducción:

 “Sea manifiesto a todos asi presentes como futuros que yo Don Lope de Albaro os doy a vos, Don Pelegrin de Atrocillo y a mi hija Doña Sancha, que es esposa vuestra, a los dos juntamente… y os doy Alcorisa para que la tengais en posesión como yo suelo tenerla, según se dice en otro documento… “
“Y yo Don Pelegrin convengo con vos Don Lope que responderé a dichos frailes del castillo de Alcorisa, como vos debéis responder…hecha esta escritura en la era 1256” (En realidad año 1218)
           
            Tan preciado documento se encuentra en el archivo de la Corona de Aragón, con el numero de referencia ES.08019.ACA/9.1.6.9//ACA,CANCILLERÍA, Pergaminos, JaimeI, Serie general, 0107. Sólo que en realidad el apellido de nuestro nuevo señor no era Atrocillo, sino Atrosillo.  
            Durante mis años mozos había escuchado decir que la iglesia de Santa María se construyó sobre el antiguo castillo. O que su ubicación era la peña de San Juan, como dice Cesáreo Gil en su libro, que asegura que el castillo estuvo intacto hasta el siglo XIX. Incluso había oído que el nombre de la calle del Castillo obedece a que sobre ella es donde, en realidad, estaba la antigua fortaleza.
            Así que me puse manos a la obra y, con mas ilusión que planificación, decidí buscar algún resto, alguna pista que me ayudase al menos a divagar, a crear mi propia fantasía sobre el lugar en el que Alcorisa nació como pueblo.
            Tenia la certeza histórica de que el casco antiguo de Alcorisa, tal y como hoy lo conocemos, fue un diseño constructivo de origen cristiano. Así que, teniendo en cuenta que Andorra no fue conquistada hasta el 1149 y la zona no fue segura hasta 1170, es lógico pensar que el casco urbano de Alcorisa fuera, antes de esas fechas, un gran barranco, Pescarranas, y tierras de labor alrededor del cauce del rió Guadalopillo.
            Cesáreo Gil atribuye la construcción del nuevo pueblo a la familia Ballester, la más ilustre y decisiva de nuestra historia. Haciendo un calculo generacional perfectamente posible, sitúa la llegada de esta familia de “Ballesteros” de origen catalán a finales del siglo XIII. Precisamente fue en 1271 cuando falleció Pelegrin de Atrosillo, el que por entonces era señor de nuestro pueblo.
            El señor de Atrosillo fue nombrado por Jaime I en 1256 dueño y señor del castillo y villa de Huesca. Así que seria normal que, a su muerte, sus herederos renunciasen al acuerdo que existía con la Orden de Calatrava para el arriendo de Alcorisa. Quizá entonces el comendador de la Orden en Alcañiz cedió el Castillo y sus dominios a la familia Ballester.
La realidad histórica de que en 1218 no había edificaciones importantes en la ribera del Guadalopillo me hacia descartar que la Iglesia de Santa María estuviese construida sobre la antigua fortaleza, aunque no descarto que para su posterior construcción se utilizasen materiales provenientes del castillo. Además,  el investigador alcorisano, Emilio Moliner, asegura que la antigua iglesia de la Magdalena estaba precisamente allí y que aun hoy, si miramos la parte de atrás de nuestra iglesia, las llamadas “catacumbas”, podemos distinguir el muro de la anterior construcción y de la nueva.


¿Entonces donde estaba ubicada la Alcorisa original?

Montserrat Martínez, una de nuestras más ilustres vecinas y arqueóloga de referencia nacional, me comentó que en el Monte Calvario existía un yacimiento ibero catalogado, y que ella misma había encontrado allí cerámica ibera, romana y medieval. Sobre todo ésta última. Precisamente a mitad de camino entre la Ermita de San Juan y la Peña del mismo nombre podemos distinguir perfectamente promontorios de escombro estratégicamente colocados, quiza restos de las innumerables guerras que han azotado nuestro pueblo, y en los que la teja, en diferentes colores y estructuras, es protagonista principal. Seguro que, si agudizáis los ojos y los sentidos, encontraréis restos de cerámica en vuestros paseos por todo el perímetro de la Peña.
            Esa pista me llevo a decantarme por nuestro Monte Calvario como el lugar idóneo para que estuviese ubicado nuestro castillo y su poblado. Así que, cámara de fotos en ristre, me propuse investigar
            Sabia que en el mirador de la Peña San Juan existían restos de una antigua construcción, restos parciales de un antiguo muro de mampostería que dibujaba todo el contorno de la montaña. Pero siempre pensé que eran unos cimientos muy endebles para soportar la estructura de un castillo. Aunque, después de ver de primera mano los cimientos del antiguo castillo islámico de Foz Calanda, ya no lo tengo tan claro.
            Juzgar vosotros mismos, la primera fotografía pertenece a los restos del castillo de Foz y las fotografías tercera y cuarta a los restos que hay en nuestra Peña San Juan:




            Cesáreo Gil, aseguraba que fue allí donde el Castillo posó orgulloso, vigilando el paso de las mansas y escasas aguas del Guadalopillo. Es mas, en sus notas dice que el castillo estuvo allí hasta el siglo XIX, aunque no precisa en que se basa para tal afirmación. Repasando documentos del famoso Duque de la Victoria, el General Espartero, en su estancia en Alcorisa, en ningún momento hace referencia a ese castillo. Y tampoco he podido encontrar nada que lo relacione con la ocupación francesa. Si de verdad ese castillo hubiese estado ahí en el siglo XIX,  ¿no debería existir alguna referencia a él en algún archivo? ¿No seria probable la existencia de algún grabado o litografía?
En un primer momento descarté esa ubicación. Lo mas probable es que nuestro castillo fuera una fortaleza defensiva árabe para consolidar y vigilar los caminos de acceso a la fortaleza de Castellot. Por lo que la ubicación de la fortificación en la peña San Juan dejaría como punto ciego toda la zona del antiguo circuito de autocross. Además, por mucho que he buscado, no he logrado encontrar nada que pudiese considerarse un aljibe, y resistir un asedio en una fortificación de una sola entrada y salida, sin agua, era un suicidio colectivo. Y como nos han demostrado en innumerables construcciones, de estrategia militar la marca superior de Al-Andalus sabía un rato. Así que, desde la más absoluta ignorancia, acabe descartando que esa fuese la ubicación de la fortaleza principal. Sin embargo me fui de allí convencido de que aquellos restos formarían parte de algo. ¿Quizá una pequeña torre de vigilancia? ¿Quizá restos de edificios civiles del antiguo poblado? ¿O tal vez Cesáreo tuviese razón y la construcción que allí se levantaba era realmente el castillo? Según cuanta Pascual Madoz en su diccionario geográfico del siglo XIX allí estaba ubicada la antigua ermita de San Juan.
Mientras recorría el camino en dirección a la explanada de San Juan, pensando donde podría buscar algún hilo del que tirar, levante la mirada. Me fije en nuestra preciosa ermita del Santo Sepulcro. ¿Por qué alguien decidiría construir sobre un escarpado promontorio de conglomerado la ermita y la casa del ermitaño si su construcción hubiese sido mucho más sencilla en la llanura de San Juan, sin tener que picar piedra ni construir grandes muros de carga? No olvidemos que la actual ermita de San Juan se construyo en 1919 (la original fue destruida en las guerras carlistas), pero explanada hay muchísima.
En ese momento apareció una idea absurda en mi cabeza: ¿Y si nuestra ermita más querida fue construida sobre los restos de una edificación anterior? ¿Y si el trozo de roca sobre el que se construyo la ermita ya estaba picado en 1570? ¿Y si el famoso aljibe del que todos hemos visto sacar cantaras de agua ya estuviese construido anteriormente? ¿Y si esos muros enormes que soportan el camino que conduce a la bellísima ermita ya estuviesen allí cuando nuestros antepasados decidieron construir el templo? ¿Y si el camino del Calvario  ya existiera cuando los hijos del Islam habitaban estas tierras?
He podido leer que los árabes construían un tipo de edificación llamada  “qal´a”. Se localizaba en lugares estratégicos para defender valles y caminos. En muchos casos, alrededor de ellos fueron creciendo núcleos de población que terminaban convirtiéndose en medinas. El topónimo de muchas ciudades actuales refleja la existencia de este tipo de construcciones, como sucede con el término de "alcalá" (Alcalá de Guadaira, Alcalá la Real, Alcalá de Henares...), "alcolea" (Alcolea de pinar, Alcolea de Cinca, ¿Alcorisa?...)  o "calat" (Calatayud, Calatrava, Calatañazor,...). ¿Quizá de ahí el origen de nuestro nombre?
 Podríamos pensar que las antiguas fortificaciones de Buñol, Castiel, Foz, Alcorisa, Camarón, la actual Torre Piquer y Molinos eran una primera línea de defensa sobre los pocos pasos naturales de la Sierra del Caballo. Que todas ellas tenían como objetivo defender los caminos de acceso a la fortaleza principal, Castellot. Sabemos que Castellot (Castellote) ya era una plaza fuerte en época musulmana. De hecho, desde el castillo de Castellote existe contacto visual con otra de las grandes fortalezas árabes, Morella. Una muestra más de que la bella localidad castellotana siempre ha tenido una importancia capital para sus moradores.
 Todos los alcorisanos hemos oído hablar de la antigua calzada romana que discurre por las Umbrías. Desconozco el destino de aquella calzada en tiempos pasados, pero lo lógico es que enlazara con el barranco de Vadecastillo hasta llegar a la  importante masía de la Capellanía, junto a la fuente del Salz. Es el paso mas recto hacia las tierras del Maestrazgo. ¿Es posible que la misión de nuestro castillo fuese la de vigilar esa calzada y asegurar ese acceso al interior del Maestrazgo? En ese caso, ¿qué mejor sitio para hacerlo que desde la atalaya de nuestro ermita del Santo Sepulcro?
 Además, si el castillo estaba ubicado allí y el pueblo o poblado estaba en la planicie que se extiende entre la ermita de San Juan y la Peña del mismo nombre podemos suponer que existirían dos accesos. Uno para los visitantes que llegaran de la zona del Bajo Aragón, y que probablemente fuese el actual camino por el que se accede en coche hasta la ermita de San Juan, y el otro, el actual camino del Calvario, para aquellos visitantes que llegaban desde las comarcas del oeste, hacia Teruel.
Imaginando la accidentada orografía que dibujarían el barranco de Pescarranas y el río Guadalopillo, no hay duda de que la actual calle del Castillo seria el camino idóneo para llegar hasta el inicio del camino del Calvario. ¿Podría ser ese el origen de su nombre? ¿Pudo ser conocida como “Camino del Castillo” en un tiempo lejano y de ahí su nombre actual?
Decidí que la ermita y sus alrededores eran el lugar idóneo donde comenzar a buscar algún indicio de mis paranoias. Así que, sin titubear, me dirigí hacia allí.
Ya de camino me di cuenta de algo significativo: tan solo hay dos lugares en toda la montaña donde el liquido elemento permanece casi todo el año. Dos lugares donde el agua de lluvia sacia la sed de los animales salvajes y de los domésticos que pasean por la montaña. Y precisamente los dos están en las inmediaciones de la ermita. Uno en la subida hacia la ermita de San Juan y el otro, mucho mayor, en la parte posterior de la montaña, junto a la puerta de la casa del ermitaño. Por cierto, este ultimo fue tapiado en su totalidad en tiempos lejanos, todavía están los restos del muro de mampostería que cerro este aljibe natural. ¿Cual seria el motivo? Os dejo que lo decidáis vosotros.
Conforme me iba acercando a la explanada del templo del Santo Sepulcro me fije en la pequeña senda que da acceso a las tres cruces. Esa senda no se ha hecho de forma natural,  existen en el conglomerado cortes completamente rectos y una erosión producida por el incesante paso de personas.   ¿No son demasiadas casualidades?



Decidí  comenzar a buscar por los muros de carga que soportan la explanada de la ermita y, al llegar allí, mi sorpresa fue mayúscula. En toda la longitud del muro existen tres partes de estructuras muy diferenciadas, como si se hubieran construido en épocas distintas. 
 Pero no acaba ahí la cosa. Si os fijáis en las fotos siguientes veréis que en la parte donde el muro es de piedra seca con ripios, la parte más nueva aunque parezca a simple vista que no es así, hay incluso una especie de troneras sin una utilidad  razonable. Pensé que seria algún tipo de drenaje, ¿Pero que sentido tiene poner drenajes en un muro de piedra seca? Un poco mas arriba y a la izquierda dos sillares enormes que desentonan con el resto de la construcción. ¿De donde salieron esos bellos sillares?



Precisamente si nos fijamos en la zona de mampostería, su parte izquierda esta cortada, como si hubiese sido derruida. Y su parte derecha acaba con una especie de contrafuerte de sillares, una esquina de  piedra sillar bien diferenciada que parte el muro en toda su altura. Generalmente los contrafuertes son pilares vistos por los tres lados que no apoyan en la construcción, sirviendo como refuerzo de la estructura. Sin embargo esta esquina de sillar no cumple esa función. Además a partir de ella el muro es completamente diferente. ¿No os parece raro? Si estos muros se levantaron cuando se construyo la ermita, ¿No seria lógico que fuesen del mismo material y completamente rectos en toda su extensión? Juzgar vosotros mismos.



Pero no eran esas las únicas sorpresas que me iba a deparar la zona de los muros de carga. Frente a la capilla existente en la bifurcación de caminos, existe un escalón de sillar en semicírculo perfecto, un escalón tallado de manera magistral. ¿Era necesario tanto trabajo para un escalón? ¿O es que ese escalón fue reutilizado? ¿Podría ser quizá un soportal dovelado de alguna pequeña puerta o ventana de otra construcción?



Probablemente así es. Ese escalón es mucho más antiguo que la capilla. Igual que los innumerables sillares que decoran los muros de piedra seca de conglomerado. Son muchos los sillares incrustados en estos muros construidos, probablemente, en el siglo XX, al mismo tiempo que la ermita de San Juan a tenor de una fotografía o litografía antigua en la que podemos ver la ermita sin esos muros. ¿De donde salieron esos sillares?




¿Y el aljibe o cisterna? Su construcción también esta hecha en piedra sillar, y aunque en la piedra tallada con imágenes bíblicas podemos leer la fecha de 1701, sobre ella existen unos extraños símbolos de significado y origen desconocido. ¿Quizá la piedra tallada es de 1701 pero el resto de la construcción es muy anterior?


Y puestos a hacer una cisterna de recogida de pluviales: ¿porque tallar la roca unos ocho o diez metros para recoger el agua de la montaña? ¿No hubiese sido mas fácil y menos laborioso aprovechar las vertientes del tejado de la ermita para captar agua? ¿O es que quizá ese aljibe ya estaba construido antes de que existiese la ermita?


La ermita también me deparaba sorpresas. La fundación Quilez-Llisterri nos dice en su pagina web que nuestra ermita se construyo entre 1568 y 1573, y que en un primer momento su planta era rectangular. Las capillas laterales se construyeron después. Eso explica porque en la roca que hay junto a la capilla de la izquierda todavía podemos contemplar marcas de barreno de pólvora negra, una técnica explosiva para romper la piedra que se comenzó a utilizar en el siglo XVIII  Mucho después de la construcción original. 


Construida entre 1568 y 1573. Curiosamente 300 años después de la muerte de Pelegrin de Atrosillo y de la más que probable llegada de los Ballester a Alcorisa. ¿Otra casualidad? ¿O es que su construcción significó la conmemoración de un hecho histórico de importancia capital para nuestra Villa? Quizá la construcción del Santo Sepulcro no sólo conmemoraba el aniversario de la llegada de la familia que más ha influido en el devenir de nuestra historia,  también el lugar en el que fueron recibidos
Si nos fijamos en el exterior de la ermita, en el lateral izquierdo y en el derecho podremos ver como todavía hay restos de roca de conglomerado. Se tallo únicamente el rectángulo formado por el interior del templo. ¿No es demasiado trabajo para una ermita? Pero lo mas curioso son sus muros. Los dos muros laterales y el muro de entrada tienen una anchura de 1,23 metros. El doble de los muros de la Iglesia de Santa Maria la Mayor. ¿Era necesaria esa anchura para un edificio de carácter religioso y además de uso esporádico? ¿O es que quizá la ermita se construyo sobre los muros ya existentes de una construcción defensiva y por eso esa anchura? 


            Si estaba en lo cierto quizá pudiese hallar algún indicio más desde la parte de atrás, desde la casa del ermitaño. Y, sin duda, lo encontrado llamo mi atención. Curiosamente, en un edificio construido en tapial, en la base encontramos sillar y sillarejo. ¿Porque construir la base de un material y el resto de otra? O puestos a traer sillares hasta aqui, ¿Porque no utilizarlos en las esquinas de la edificación, pero en toda su altura que es donde mas utilidad tienen?  Demasiadas casualidades.







             Hoy sólo podemos especular. Ojalá un día no muy lejano podamos averiguarlo. 

            Sé lo que estáis pensando: que pese a las casualidades y los indicios, esta elaborada teoría no tiene base ni rigor científico. En ello estamos ahora. Al cierre de esta edición de Balcei ya hemos hablado con varios expertos en la materia para que den su opinión, fundamentada en hechos y evidencias, sobre los indicios que he creído percibir. Sea como fuera, lo que si sabemos a ciencia cierta es que aquel castillo existió y que, bien sea en nuestra peña San Juan o en nuestra ermita del Santo Sepulcro, nuestra mágica montaña del Calvario fue su ubicación mas probable.
            Quizá la teoría aquí expuesta solo sea un cúmulo de casualidades fácilmente explicables por los expertos en la materia. Pero si algo me hace enormemente feliz es que ese cúmulo de casualidades ha despertado la curiosidad de grandes expertos que se han brindado a ayudarnos. Quizá hoy estemos mas cerca de decir que esta teoría no tiene fundamento científico, pero gracias a ella también estamos más cerca de descubrir algo mas sobre aquel antiguo castillo que presidio la Alcorisa original.
Continuara...

P.D.: Permitidme un agradecimiento especial a Marian, mi mujer, por sus magnificas fotografías y su paciencia, a Alberto Librado y Montse Martínez por su ayuda y sus consejos y a Daniel Millera, amigo, confidente y colaborador indispensable en esta pequeña aventura que todavía no ha finalizado.

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