La arquitectura religiosa del medievo es de una complejidad tal que muchas veces no somos capaces de fijarnos en los pequeños detalles. Una buena cámara de fotos es la aliada perfecta para acercarnos curiosidades que a la vista pasarían desapercibidas, fijaros si no en esta especie de perro con moños de fallera que podemos encontrar en la iglesia de Valderrobres. ¿Qué creéis que es esa talla que se puede apreciar entre sus patas? Lo dejo a vuestra imaginación, pero hasta la paloma parece escandalizada de que la santa iglesia católica, apostólica y romana dejase al escultor de turno recrearse tanto en los detalles. jejeje
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