" Cada salida, es la entrada a otro lugar"

Este blog pretende transmitir la belleza y peculiaridad de lo cercano, los lugares que nos transportan en el tiempo y en el espacio. Rincones de nuestra geografía más próxima que nos dejan sin aliento o nos transmiten una paz necesaria en momentos de dificultad. Espero contribuir a que conozcamos un poquito más dichos lugares y a despertar la curiosidad del lector para que en su próxima salida, inicie la entrada a otro lugar... un lugar al que viajar sin necesidad de sacar billete.

martes, 27 de febrero de 2018

SANTUARIO DE LA BALMA (Zorita del Maestrazgo)

Si hay un lugar en la proximidad donde la historia, la belleza y el misterio van de la mano, ese es el Santuario de la Virgen de la Balma, en Zorita del Maestrazgo.

 

Todavía recuerdo el terror que sentía de niño al visitar este templo religioso suspendido en el vacío, oscuro, de difícil acceso, y en cuyo interior, entre las luces pálidas de los cirios y muchas sombras, había decenas de exvotos de fieles agradecidos a la virgen, algunos de ellos verdaderamente macabros. Aquellas curiosas ofrendas, fueron retiradas ya debido a un devastador incendio, pero el halo de misterio que envolvía aquellos regalos que los gentiles cristianos ofrecían a su virgen todavía impregna hoy el lugar.


 

 
Este santuario, construido parcialmente al abrigo de una balma u oquedad en la que la virgen decidió manifestarse ante un pastor, está documentado desde el siglo XIV, aunque posteriormente se le añadieron varios edificios de servicio conectados con la cueva a través de un angosto pasillo excavado en la roca madre. El conjunto es espectacular.

Pero este edificio no solo es monumental por su belleza y su difícil construcción, también por su oscura historia. Pues era lugar de peregrinaje de aquellos que consideraban que el demonio les había poseído, encomendándose a la virgen para ser liberados.

Adjunto el enlace a un maravilloso artículo de José Manuel Almerich, que narra parte de aquella historia, que describe a la perfección las sensaciones que despierta este bello templo en el visitante. No te lo puedes perder.

 

PD: Muchísimas gracias a todos los que habeís compartido las espectaculares fotografìas que habeís realizado en este mágico lugar. Permitidme compartirlas.

miércoles, 21 de febrero de 2018

El LAVADERO DE CASTELLOTE

Hoy queremos hablaros de un lugar muy especial para nosotros. De uno de esos rincones de la proximidad que no destaca por su extraordinaria monumentalidad, ni por el infranqueable lugar donde fue construido, ni por la pericia de los picapedreros a la hora de labrar figuras fascinantes, ni por el paisaje que lo rodea… simplemente es especial por lo que nos transmite.


Y es que al entrar en el lavadero de Castellote, tenemos la sensación de introducirnos en una historia de leyendas, de grandes tesoros… de la búsqueda de aquellos objetos mitológicos que siempre han despertado el interés de la industria del cine. El grial, el arca de la alianza, el tesoro templario…


Cada vez que visitamos el lavadero de Castellote nuestra facilidad para la fabula se dispara, y tenemos la sensación de que, empujando las piedras correctas, el ruido de algún ancestral mecanismo propiciara que aparezca algún pasadizo, algún escondrijo, alguna escalera de caracol por la que descenderemos a salas secretas llenas de trampas.

Y es que este lavadero no solo es bellísimo, es un verdadero tesoro para los amantes de la simbología. Cada piedra de las que componen la fuente que alimenta la pileta, esconde una marca, un símbolo. Podríamos creer que son simples marcas de cantero, pero me consta que alguno ha creído ver en esas piedras alguna letra del alfabeto rúnico.



Sea como fuere, es un lugar especial, testigo mudo de una historia ligada a la Orden de caballería que mas literatura ha generado, a aquellos “Soldados de Dios” cuya leyenda se engrandeció por su trágico final. La ORDEN DE LOS POBRES CABALLEROS DE CRISTO DEL TEMPLO DE SALOMON. ¿De verdad escondían alguno de los innumerables secretos que los literatos les han asignado?

Es imposible averiguarlo. Lo que sí se sabe de ellos, al menos de los Freyres que formaron la ultima encomienda castellotana de la Orden, es que eran justos y buenos señores. O al menos eso se desprende del hecho de que los villanos (vecinos de la villa) castellotanos, respondieron al sitio que el Rey Jaime II realizo a los templarios en el castillo, uniéndose a los monjes guerreros, poniéndose de su parte. Jugándose su propio pellejo para defender y ayudar a aquellos caballeros a los que la iglesia acusaba de herejes.

¿Quizá realmente las arcadas de la bella fuente de Castellote guardan algún secreto?










viernes, 16 de febrero de 2018

PUENTE DE CASTELSERAS

 


Pese a los parches de cemento que se le aplicaron en 1949, es uno de los puentes medievales de mayor monumentalidad de la provincia de Teruel, y también uno de los de mayor tamaño.

Hay quien data su construcción original en época romana, aunque la mayoría de los expertos creen que la obra se realizó entre los siglos XIV y XV, cuando los Caltravos ya ostentaban el dominio de Alcañiz y Castelseras.

Cómo digo, en 1949, cuando se creía que el cemento era más bonito que la propia piedra, fue sometido a un "extraño" remozado en alguna de sus partes, por las heridas sufridas en la última guerra.

Sea como fuere hoy existen morteros que imitan a la perfección la piedra original, así que retirar el cemento, limpiar los sillares, y reparar con dicho mortero las zonas donde la estructura estuviese afectada debería de ser, bajo mi punto de vista, una actuación obligada.

Pero este puente no sólo es espectacular por su preciosa estructura, la erosion producida por los enfados del Guadalope y la Azud construida unos metros aguas arriba, hacen que los alrededores también sean dignos de una visita.

Un rincón precioso para perderse en nuestros propios pensamientos.


El magnífico catálogo on-line de la Fundación Quílez-Llisterri nos cuenta esto sobre él:

"Gran puente sobre el río Guadalope, próximo a su confluencia con el Mezquín. Situado en la parte baja de la población, en su zona septentrional.

Por su longitud y calidad de fábrica está considerado uno de los mejores de la provincia de Teruel. Sobre él se construyeron varias capillas o templetes barrocos. Todavía conserva una capilla en el centro (sobre la pila central), de planta cuadrada y cubierta con cúpula de piedra. También otra de menores dimensiones concebida como un templete y que subraya el concepto de puente-puerta. Está situada en el extremo más alejado de la población, y presenta cubierta piramidal y columnas dóricas.

Está definido por cuatro arcos ligeramente rebajados. Tres de ellos de grandes dimensiones y un cuarto más pequeño.

Su datación bajomedieval la confirman sus pilas-tajamares que ascienden desde el propio lecho de roca hasta el tablero. Estos tajamares adosados a las pilas con su sección triangular aguas arriba dividen la corriente y mitigan el empuje directo del agua contra el puente. También muestra otra característica propia de los puentes medievales: la estrechez de la calzada, premeditada para aligerar la obra, que se intenta paliar con la incorporación de ensanchamientos que coinciden con los tajamares, que se prolongan en altura hasta la propia calzada. Conserva su pretil original construido, como el conjunto de la obra, con piedra sillar.

Bajo el arco central se conservan varias pilas de piedra rectangulares que se utilizaban como lavaderos y la fuente de tres caños que les abastecía de agua.

Alma López-Avilés (1998) puntualiza que se reconstruyó en el siglo XVIII y fue parcialmente destruido (volado) durante la última guerra civil, lo que exigió su reparación en madera, obra que, a su vez, fue derribada en una crecida del Guadalope acaecida alrededor de 1945-47.

Este puente debió ser testigo del intenso tráfico fluvial al que alude Pascual Madoz (1845-1850): “...es esta villa como una especie de puerto por la proporción que ofrece el río, por el cual bajan millares de maderas para Alcañiz, Caspe, Calanda y otros pueblos”. Además, hace una referencia a este puente cuando presenta a la población: “situada en la confluencia de los ríos Guadalope y Mezquín, parte en llano y parte en la pendiente de un cerro que va a terminar en el mencionado río Guadalope, sobre el cual hay un puente de excelente construcción con cuatro arcos que estriban sobre peña viva”.

También debió ser testigo de un buen número de crecidas del Guadalope, algunas tan extraordinarias como la de 8 de mayo de 1658, que mereció que se requiriera la presencia del notario Joan Francisco Gargallo para que testificase acto público acerca de la crezida o hauenida de agua tan grande en el río Guadalop, que por la misericordia de Dios o por justos juizios suyos, hauían sucedido el presente día [...] Y para que en los tiempos benideros constase de las cosas que se hauían visto. Tal como se especifica en este documento -conservado en el Archivo Histórico de Protocolos de Alcañiz- esta riada fue tan tremenda que el agua del Guadalope llegó a saltar sobre este puente de Castelserás."





 

 

 

 

 
 
 
  

jueves, 8 de febrero de 2018

IGLESIA DE LA ASUNCIÓN (Villarroya de los Pinares)

“La Iglesia de Villarroya tiene un magnifico crucero, que dicen costeo Don Francisco Peña, auditor de Rota que fue en Roma por la Corona de Aragón, natural de esta Villa. Los retablos laterales son buenos, con columnas arrimadas de piedra y con dos cuadros que representan la Presentación y la Transfiguración. Por muerte del auditor a principios del siglo XVII no se acabo la fabrica de la Iglesia, causando mucha fealdad lo que queda de lo antiguo, y también el retablo mayor; pero ya había enviado de Roma muchas reliquias colocadas en preciosos relicarios, que sostienen angelitos.

Se mantiene la casa de los Peñas, donde hay buenas pinturas que el auditor envió de Roma, y un Oratorio muy precioso. Aseguran que se encuentran en el termino de Villarroya minas de azabache y plata, con canteras de mármoles blancos y de mezcla.”

Esto escribía Don Antonio Ponz, Secretario de su Majestad y de la Real Academia de San Fernando, en su libro “Viage por España”, publicado en 1788.

Esta descripción deja bien a las claras la importancia que Don Francisco Peña, uno de los jerarcas de la Iglesia más importantes de su tiempo, tuvo en el desarrollo arquitectónico y patrimonial de su localidad natal, Villarroya de los Pinares.

Parece ser, que pese a ser uno de los personajes más relevantes de la Corona aragonesa entre los siglos XVI y XVII, nunca olvido sus orígenes, y colmo a su pueblo de bellos relicarios y valiosas pinturas, la mayoría desaparecidas posteriormente en las diferentes guerras que asolaron nuestros territorios en los siglos XIX y XX. De hecho, era tal la devoción por sus raíces, que testamentó que, tras su fallecimiento, su cuerpo fuese trasladado desde Roma a Villarroya para recibir sepultura.






 “Don Francisco Peña (Nacimiento - Villarroya de los Pinares, 1540) (Muerte- Roma, 1612). En 1570 lo encontramos como Consejero de la Embajada Española en Roma y el rey Felipe II lo elije para formar parte del Tribunal de la Rota representando a la Corona de Aragón como Auditor de la Sacra Rota. En 1589 ya es Patricio y Senador romano, con el título de “Prior de San Bartolomé”; el Pontífice le nombró su prelado doméstico, Juez Apostólico y Promotor de los procesos canonizadores y consultor de las congregaciones romanas; confiriéndole el Papa Pio V la misión de enmendar el decreto de Graciano, - Corpus iuris canonice- siendo el autor de “Las Decretales”. Nominado Obispo de Albarracín, renunció a la mitra, ya que el 9 de junio de 1604 adquirió el nombramiento de Presidente del Tribunal de la Rota, cargo que desempeñaría hasta su muerte, acaecida un día de agosto de 1612. Tenía 72 años de edad, solicitando en su testamento el ser enterrado en su Villarroya natal, petición atendida dos años más tarde.”




http://www.sipca.es/censo/7-INM-TER-030-262-001/Iglesia/de/la/Asunci%F3n.html#.V4M3ORKQli8

LOS OLVIDADOS

“Hay que evitar el combate en lugar de vencer en él. Hay triunfos que empobrecen al vencido, pero no enriquecen al vencedor”
Juan Zorrilla de San Martín (1855-1931) Periodista, ensayista y poeta uruguayo.

Cuenta la leyenda, que Don Pedro Cebrián y Ballester, vecino de Alcorisa, el cual era conocido como “El Reyecico de Aragón” debido a su participación decisiva en favor de los Borbones en la guerra de Sucesión, ya en las postrimerías de su vida visito por última vez la Corte. 

Se postró ante el Rey Felipe V y esté, informado de sus gestas en favor de su persona durante la última guerra, le preguntó:

-          Don Pedro ¿Hay paz en vuestras comarcas?
-          Sí majestad, hay paz en nuestras comarcas. – respondió el alcorisano
-          Entonces hay paz en toda España. – Sentenció el Monarca.

Y es que la zona comprendida hoy por el Parque Cultural  del Maestrazgo, olvidada en tiempos de paz, ha tenido la desgracia de ser siempre núcleo de todas las guerras. Desde los tiempos en que Iberos y Romanos guerreaban, intentando resistir, los primeros, la llamada “Romanización”, no ha habido batalla que no haya salpicado a las míticas tres Bailías. 

 Castillo de Aliaga (Aliaga)

Eje central de los conflictos entre Al-Mundir y Al Mutaman, hermanos y reyes de las Taifas de la Marca Superior. Protagonista en la reconquista de los dos Alfonsos, el I y el II. Zona de conflicto en la llamada guerra de los Pedros, que enfrento a Castilla y Aragón. La expulsión de los moriscos tampoco fue pacífica en nuestra provincia, o al menos así parece desprenderse de los sucesos ocurridos en el castillo de Calanda con motivo de aquella circunstancia. La guerra de Sucesión fue enconada y violenta en toda nuestra zona, con duros enfrentamientos entre los partidarios del francés y los Migueletes, milicias al servicio del candidato de los Austrias. Los franceses también arrasaron varias de nuestras localidades en la Guerra de la Independencia. La destrucción de nuestro Patrimonio durante las guerras carlistas estaba a la orden del día, todo valía para acabar con los partidarios de uno u otro bando, incluso quemar pueblos enteros. La desamortización, aunque no fue violenta, también supuso un duro golpe a la conservación de nuestros tesoros patrimoniales. La guerra civil de 1936  azoto de forma brutal todo nuestro territorio, algunas grandes batallas de la contienda tuvieron lugar en nuestra provincia. Y para colmo, la presencia de los maquis, supuso que el Gobernador Civil ordenase el abandono obligatorio de cientos de masías para evitar su colaboración con los guerrilleros. Por no hablar de los Pantanos, que sumergieron un rico patrimonio. Debido a la construcción del embalse de Santoléa incluso se voló un pueblo entero de forma injustificada, pues su nucleo urbano no se veía afectado por la lámina de agua.


                                                      Convento de Monte Santo (Villarluengo)

Todo esto, unido a la inmensa pobreza de la posguerra, supuso que encarásemos la segunda mitad del siglo XX con buena parte de nuestro patrimonio semiderruido. Tan solo las iglesias y ermitas recibían donativos de los vecinos mas pudientes para que fuesen arregladas dada la extrema religiosidad que se respiraba en la dictadura.

Mientras tanto, aquellas antiguas construcciones a las que no llegaba el diezmo, lanzaban enormes bocanadas de auxilio, solo  escuchado por aquellos coleccionistas que aprovecharon la situación de extrema pobreza para llevarse numerosas obras de arte muy por debajo de su valor real, como por ejemplo Frederic Marés, cuyo museo podemos visitar en Barcelona. Por “cuatro perras” conseguían que Ayuntamientos y particulares les vendieran elementos patrimoniales de gran interés patrimonial. Bastante tenían nuestros paisanos con ver como la mayor parte de sus vecinos hacían el petate y marchaban en busca de una vida mejor en otro lugar, como para preocuparse de aquellos edificios semiderruidos que todavía albergaban alguna imagen, relieve o fresco de lo que fue y ya no era.

                                          Covento Servita (Cuevas de Cañart)

Eso sí, la pregunta sería… Si aquellos coleccionistas privados no hubiesen realizado esos “saqueos” legales, ¿Hoy disfrutaríamos de las piezas que ellos compraron? ¿O también se habrían perdido? 

Sea como fuere, no cabe duda que este territorio no fue el único que perdió innumerable patrimonio durante las últimas guerras, pero por desgracia, aquí, la mayor parte de lo que se perdió jamás se restituyo, jamás se reconstruyó, jamás se ha recuperado. Hoy el Parque Cultural del Maestrazgo es una zona sembrada de  cadáveres arquitectónicos de especial relevancia, de monumentales castillos semiderruidos, de grandes monasterios que siguen luchando por mantener en pie sus últimos muros. De estructuras artificiales ya olvidadas, perdidas en los rincones más inhóspitos, a las que ni siquiera podemos dar ya un nombre.

                                                      Castillo del Cid (Fortanete)


Por desgracia, nuestro territorio ha llegado a un punto de no retorno. Lo que en tiempos hubiese supuesto una fuerte inyección económica en esos edificios para darles su esplendor original, hoy ya es una inversión inabordable, casi imposible. Por eso, siendo realistas, debemos ser conscientes de que el objetivo actual con este numeroso patrimonio olvidado, no debe ser su reconstrucción, sino su consolidación. Procurar que los pocos muros que aun resisten en pie, esos “esqueletos” arquitectónicos que nos recuerdan la importancia que tuvo el lugar en un pasado lejano, sigan ahí para que los conozcan nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos. 

El castillo de Castellote es un buen espejo en el que mirarse. La consolidación y  desescombro de todos estos elementos arquitectónicos de especial relevancia que pueblan nuestro territorio, no deberían de ser un compromiso, sino una obligación.


                                              Castillo de Castellote (Castellote)


El olvido no es victoria
sobre el mal ni sobre nada
y si es la forma velada
de burlarse de la historia
para eso está la memoria
que se abre de par en par
en busca de algún lugar
que devuelva lo perdido
no olvida el que finge olvido
sino el que puede olvidar

 Torre Piquer (Berge)

 Convento Servita (Ladruñan)

 Convento del desierto de Calanda (Calanda)

                                                    Castillo de Fontaner (Fortanete)
 
Castillo de Cañada de Benatanduz 

                                            Ermita de Santa Barbara (Mas de las Matas)

 Restos de lo que parece ser una fortaleza sobre un cerro de las hoces del Guadalope

Esto son algunos ejemplos, aunque seguro que me dejo muchos otros. Por no hablar  de masías o complejos industriales, que de esos tenemos a cientos…